Actualmente en el uso de dispositivos inteligentes en arquitectura hay una gran contradicción. Las posibilidades en cuanto a tecnología son amplias: calefacción a distancia, sistemas inteligentes de iluminación que responden a la actividad humana, electrodomésticos inteligentes, etc., pero su ciclo de vida es corto, y está lleno de cambios porque muchos de estos dispositivos en realidad no son tan inteligentes, y terminamos dejando de utilizarlos.

En 2020 pensar en el ciclo de vida será tendencia. Importa el cómo se hacen los proyectos e importa el para qué y cuánto van a durar, porque cuanto más atemporales y duraderos sean los diseños y capaces de adaptarse a los cambios, más bien harán al planeta.