Yves Bonnefoy (1923-2016) hizo balance vital y poético meses antes de morir, a los 93 años de edad, en Juntos todavía, libro que, junto a La larga cadena del ancla (2008) y La hora presente (2011), forma una suerte de trilogía en la que el poeta francés, hito indiscutible de las letras europeas de la segunda mitad del siglo XX, se entrega por última vez a la tarea de alear sueños y recuerdos con una voz de una claridad que pasma por su suave aleteo y (sin contradicción) su aplomo vivencial. De manera aún más acendrada que en las otras dos obras citadas, Bonnefoy convierte el sueño (sin asomo de onirismo) en premonición de un final abierto a la esperanza y la permanencia; y en poemas en verso, dialogados o en prosa, con palabras pesadas en balanza de gemas o metales nobles, nos reconcilia con el tránsito definitivo gozándose en el agotamiento de la luz.