Una detención completa en Canarias: tras una persecución policial de madrugada, sin carnet y ebrio

En las primeras horas del 20 de mayo, la calma del turístico enclave de Puerto Rico, en Mogán, se vio alterada por una persecución silenciosa que terminó con la detención de un conductor conocido por la Policía Local. Sobre el implicado pesaba una orden de detención y su historial incluía un reciente siniestro vial.

Los hechos se desencadenaron pasadas las tres de la madrugada, cuando una patrulla circulaba por la avenida Tomás Roca Bosch, una vía que a esas horas suele estar desierta. Lo que en principio parecía un vehículo más, llamó la atención de los agentes por su velocidad excesiva y las maniobras erráticas. Al identificar al conductor, las sospechas se confirmaron: era un viejo conocido de la policía, vinculado a un accidente anterior y sin carnet de conducir.

Al advertir la presencia policial, el conductor intentó eludirlos girando bruscamente hacia una calle secundaria. Sin embargo, los agentes, con experiencia en este tipo de situaciones, lograron bloquear la salida y forzaron su detención. El vehículo se detuvo en seco. El individuo, visiblemente afectado, intentó minimizar la situación con una excusa poco convincente: “Solo estoy hablando con un amigo”. El fuerte olor a alcohol y los ojos vidriosos terminaron por delatar su estado.

Alcohol, mentiras y una negativa que lo hundió

Los agentes no se dejaron engañar. El protocolo era claro: debía realizarse la prueba de alcoholemia. Pero el individuo, lejos de colaborar, jugó al desgaste. Insuflados fallidos, dilaciones, negativas... Hasta que una primera prueba finalmente pudo realizarse y dio positivo en alcohol. Cuando llegó el momento de repetirla, se negó por completo.

Esta actitud, que a ojos de la ley agrava la infracción, se sumó al cúmulo de delitos que ya arrastraba. Porque si conducir sin carnet y ebrio no bastaba, una orden de búsqueda, detención y personación emitida por el Juzgado de Instrucción número 2 de Las Palmas de Gran Canaria pesaba sobre él. Su libertad estaba, en efecto, vencida.

La Policía Local actuó con firmeza. Ante la gravedad de los hechos, procedieron a su detención inmediata, y ahora se le investiga por tres presuntos delitos contra la seguridad vial: conducir sin licencia, conducir bajo los efectos del alcohol y negarse a realizar las pruebas de alcoholemia.

En menos de diez minutos, lo que parecía una patrulla rutinaria se convirtió en una operación clave, una intervención que evitó potenciales tragedias en una zona con alta afluencia turística incluso a horas intempestivas.