El pirómano que intentó quemar una habitación de hotel en Tenerife tenía plenas facultades mentales
La Policía Nacional lo arrestó días antes por resistencia y en Fuerteventura también quemó 17 coches en cinco días

Acusado de intentar quemar una habitación de hotel en Santa Cruz / El Día
El hombre ruso que fue detenido por intentar incendiar la habitación de un hotel en Santa Cruz de Tenerife en mayo del año pasado tenía plenas capacidades mentales para saber lo que hacía y voluntad para llevar a cabo su acción en el momento de los hechos.
Así lo explicaron durante el juicio celebrado en la mañana de este lunes en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife las médicos forenses que realizaron un estudio del ahora procesado.
Varios episodios ratifican presuntamente la voluntad del acusado de provocar incendios desde que consumía bebidas alcohólicas o no conseguía lo que deseaba.
Por ejemplo, policías nacionales intervinieron con el citado pirómano en Puerto del Rosario, en Fuerteventura, ya que presuntamente quemó 17 vehículos en apenas cinco días.
En una gasolinera
Y, en Santa Cruz de Tenerife, policías locales intervinieron con el mismo, pues trató de quemar una cajetilla de cigarros y tirarla contra la ventanilla de una gasolinera.
Poco después, descolgó la manguera de un surtidor de gasolina en una estación de servicio y la puso en el suelo, cuando tenía un mechero en la mano, y no disponía de coche al que reponer combustible.
Días más tarde, policías nacionales lo apresaron en la capital tinerfeña por un delito de resistencia y desobediencia.
En una tienda de electrónica del centro de Santa Cruz presuntamente también intentó quemar la caja de un teléfono móvil nuevo.
Durante el juicio quedó claro que el ciudadano ruso utilizó dos identidades en su estancia en las islas. Una fue Serguéi Sokolov y en la otra su apellido era Smirnoff.
Hotel
Durante la noche del 23 de junio del 2024, el ciudadano ruso trató de quemar la habitación de un hotel en la calle Padre Anchieta de la capital tinerfeña. Con un mechero, quiso incendiar el colchón, una almohada, un sillón o las cortinas. No lo logró porque tales objetos fueron realizados con material ignífugo.
Además, causó diferentes e importantes daños materiales en la habitación. La propiedad del hotel cifró los desperfectos en 5.300 euros.
En todo momento, el procesado negó que causara tales hechos. Y, para defenderse, alegó que dos hombres desconocidos entraron en su habitación, le propinaron una paliza, le robaron y llevaron a cabo los destrozos. También dijo que le provocaron un golpe en un ojo.
Sin embargo, el recepcionista del establecimiento rechazó que esa noche entraran en el edificio personas que no fueran los clientes.
Sin restos de sangre
Además, el agente de la Policía Científica de la Policía Nacional que hizo la inspección de la habitación no detectó restos de sangre en el lugar.
En un vídeo grabado por el recepcionista se aprecia la suciedad generada en la habitación. Por ejemplo, en el lavabo había restos de lo parecían ser infusiones, con un color rojizo. Según el investigado, ese líquido era sangre.
Había diversas manchas de una sustancia pegajosa de color amarillo en las paredes; el sanitario y el lavabo estaban taponados; en el suelo y en muebles había gran cantidad de basura y restos de comida, a la vez que paredes y puertas estaban rayadas.
Una de las propietarias del hotel aclaró que, de los 5.300 euros que costó rehabilitar la habitación, 4.200 fueron abonados por su compañía aseguradora, por lo que reclama al ciudadano ruso los 1.100 euros restantes.
El recepcionista manifestó que, antes del incendio, tuvo que hablar con este ciudadano ruso, ya que otros clientes se quejaban de que generaba mucho ruido y tenía una actitud agresiva o desagradable.
Botón de alarma
En otro momento, presuntamente también pulsó el botón de alarma, sin motivo aparente, lo que provocó que las puertas de todas las habitaciones quedaran selladas.
Al final, el fiscal solicitó una condena de cinco años de prisión para el acusado, así como que abone 1.100 euros al hotel y 4.200 euros a la aseguradora. Cabe recordar que, antes del juicio, había pedido 11 años de cárcel.
También reclama el Ministerio Público que compense con 2.000 euros por daños morales a los dueños del negocio.
El abogado defensor reclamó una sentencia absolutoria para el investigado. Al comienzo de la vista, el acusado trató de que se suspendiera, pues solicitó disponer de otro letrado.
Sin embargo, el fiscal se opuso a tal medida y los magistrados decidieron continuar con el juicio.
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