Juicio por asesinato en Tenerife: la familia del acusado dice que tenía problemas psiquiátricos y de drogas
Los padres, el hermano y dos tías del procesado dicen que no recibió atención a tiempo ante los claros indicios de que sufría una enfermedad mental

El Día
Todos los familiares del joven acusado de asesinar a su vecina en el barrio Llanos de Guaza, en Arona el 4 de enero del 2022, realizaron una declaración en la que a los miembros del Tribunal del Jurado les dejaron muy claro que el procesado sufría problemas psiquiátricos y de consumo de drogas, que le habían cambiado el carácter y su relación con sus seres queridos.
Expresaron de esa manera que su patología de salud mental y su dependencia de las sustancias estupefacientes influyeron a la hora de introducirse en la vivienda de la víctima, una mujer de 62 años, y quitarle la vida, supuestamente con un destornillador de estrella.
Sus padres, su hermano y sus tías expresaron un único mensaje en los largos interrogatorios del fiscal, Ángel García, la abogada de la acusación particular y el letrado de la defensa durante la segunda sesión del juicio, que se celebró este lunes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
La novia y su entorno
Todos los familiares del presunto autor coincidieron en que la vida del joven cambió de forma radical a raíz de iniciar una relación sentimental con una vecina de Costa del Silencio.
Explicaron que, durante dicho noviazgo, por influencia de la joven y el entorno de esta, empezó a consumir drogas más fuertes y eso le hizo transformar su comportamiento y desestabilizarle desde el punto de vista psiquiátrico.
Admitieron que, hasta empezar esa relación en el año 2019, consumía hachís y marihuana en su casa. Pero era una persona tranquila, deportista y con una buena relación con padres, hermano, tíos y abuelos paternos.
Como explicó su hermano, el primer problema grave con las drogas llegó con una intoxicación grave por consumo de MDMA, que obligó a trasladarlo a un centro sanitario en una ambulancia.
Cocaína para 'curarse' del covid
En otra ocasión, en plena pandemia y cuando ya había iniciado otra relación con una joven de Santa Cruz de Tenerife, llamó a su padre desde un hospital y le dijo que había consumido dos gramos de cocaína con la intención de curarse del Covid-19.
Sus familiares también relataron episodios de supuestos intentos de suicidio del hoy acusado. Uno de ellos se produjo en el baño de la casa familiar. Su padre abrió la puerta y lo encontró con un pincho de carne apuntándose al cuello. Cuando su progenitor le retiró dicho elemento metálico, entonces el hoy acusado rompió el espejo del lavabo y trató de cortarse con los cristales que cayeron al suelo.
Otro día, el joven cogió una radial de su padre e intentó cortarse las venas.
Los seres queridos del procesado contaron que, un año antes de que presuntamente matara a su vecina, su comportamiento cambió de forma considerable. Durante meses apenas hablaba con sus padres o hermano. Y, cuando lo hacía, expresaba frases sin sentido. En otras ocasiones, se mostraba violento en sus respuestas o rompía muebles de la vivienda familiar.
Escuchaba voces
Su familia también dijo que casi siempre vestía con una sudadera y se ponía la capucha, «porque escuchaba voces». Una vez, se dirigió al puesto principal de la Guardia Civil de Playa de las Américas, donde se mostró agresivo con el agente que lo atendió y donde supuestamente rompió varias pantallas de ordenador del cuerpo de seguridad. Por ese motivo, acabó detenido.
El padre del procesado aseguró que pidió ayuda a profesionales de la Guardia Civil y en los Juzgados para que le orientaran para buscar atención de salud mental para su hijo mayor, pero que no lo consiguió.
Otros familiares del acusado explicaron que la respuesta de algunos organismos ante tal demanda fue que, como el joven era mayor de edad, no podía ser obligado a recibir ayuda y tratamiento psiquiátrico, sino que debía acudir a tales servicios de forma voluntaria y consciente. «Pero él no quería», señalaron dos de sus seres queridos.
Enfrentamientos entre las dos familias
La magistrada presidenta del Tribunal del Jurado, Esther Nereida García, se vio obligada a adoptar medidas de seguridad para evitar enfrentamientos o episodios violentos en la sala entre los familiares del acusado y los dos únicos hijos de la víctima. De hecho, pidió a los primeros que salieran del espacio para que no coincidieran con los segundos.
Reticencias
De hecho, hubo unas primeras reticencias de abandonar la sala por los padres y el hermano del acusado. Y la madre del presunto autor y una sobrina de la víctima que sí estaba en la sala llegaron a cruzar miradas desafiantes.
El hijo mayor de la mujer asesinada aclaró que, hasta ese momento, «estaba perfecta» de salud. De hecho, trabajaba como camarera de pisos en un hotel.
Vendedores de droga
Dicho hombre aseguró que él, su hermano y su madre «teníamos pequeños altercados» con la familia del acusado, sobre todo con el citado joven y su padre. «Nos tenían envidia», aseguró. Acusó al padre del procesado de hablar mal de él y de su hermano, así como de difundir que vendían drogas.
Durante el juicio, en numerosas ocasiones salió a relucir que el mayor de los hijos de la víctima era dueño de coches de alta gama, como, por ejemplo, un BMW X6 o un Audi R8.
El padre del joven acusado admitió que alguna vez se quedó de que «vendieran droga» frente a la puerta de su vivienda cuando sus hijos eran pequeños.
De hecho, investigadores de la Policía Nacional detuvieron por tráfico de drogas a los dos hijos de la víctima, apenas un año y medio antes del asesinato. Así lo confirmaron ellos mismos.
Frente a lo esgrimido por la acusación particular, los dos hermanos negaron que en algún momento se burlaran del hoy procesado por matar a su madre, en el sentido de llamarlo «niña» o «esquizofrénico».
Eso sí, admitieron que, tras conocer que su progenitora había muerto de forma violenta y quién era el detenido, lanzaron gritos y amenazas de muerte, como «los vamos a matar a todos».
Miedo a represalias
De hecho, después del asesinato, los familiares del procesado llegaron a dormir cuatro días fuera de su domicilio por miedo a posibles represalias.
Un cabo de la Policía Judicial de la Guardia Civil afirmó que la familia del acusado dijo que el joven tenía problemas de drogas y de salud mental, pero que no estaba tratado por ninguno de ellos. Al tomarle declaración, aseguró este investigador que el presunto autor estaba «tranquilo», aunque la entrevista fue «compleja», «porque se quedaba encallado».
No obstante, aclaró que no se consideró necesario llamar a una ambulancia o trasladarlo a un centro de salud por tener algún tipo de problema psiquiátrico o de alteración de la conducta.
Suscríbete para seguir leyendo
- Investigan el incendio de dos coches de la misma mujer en Tenerife
- La provincia de Santa Cruz de Tenerife se queda a oscuras: registra todos los ceros energéticos en Canarias
- La muerte de una joven en un coche en Tenerife fue un crimen machista
- Así es el municipio más pobre de Tenerife: dos barrios unidos, tradición ecuestre y un almacén de grano
- Los vecinos de La Salud exigen al ayuntamiento que traslade a los grupos del Carnaval fuera del barrio
- Así será el nuevo Paseo Litoral de Santa Cruz: restaurantes, terrazas de verano, carril bici, zonas de baño y parque infantil
- Muere una mujer y dos heridos graves al chocar un coche contra un muro en Tenerife
- La Policía cree que Irene, la niña que desapareció en Barcelona, ya no está en España