La madre del menor que se precipitó desde un edificio en Canarias asegura que el niño sufría bullying

La madre del menor que se precipitó desde el octavo piso de un edificio de Las Palmas de Gran Canaria en la tarde de este lunes asegura que el niño sufría bullying, motivo que la llevó a quejarse al centro escolar en el que estaba matriculado el adolescente con el objetivo de que el instituto tomase medidas frente al problema.

Pese a que la Policía Nacional se refiere a lo sucedido como "intento de suicidio" que se encuentra bajo investigación pero del que "no constan denuncias previas por acoso escolar o bullying", la madre del adolescente subraya que sí había acoso escolar y, además, comenta que se trata de un problema con el que conviven, dirariamente, desde hace tiempo.

Dada la situación de acoso continua, decidió hablar con el instituto y, desde el centro escolar, según cuenta, le aseguraron que hablarían con los menores implicados para tratar de alcanzar una solución. Sin embargo, reconoce que nunca realizó denuncias a las autoridades, por lo que en la base de datos no puede haber registro de denuncias previas.

La investigación

Según ha informado la Policía Nacional, los hechos, que se produjeron alrededor de las 18.15 horas en un inmueble ubicado en la calle Diego Betancor Suárez del barrio de La Feria, se encuentran bajo investigación por parte de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Canarias. A esta hora, los agentes especializados están a la espera de poder tomar declaración al padre y a la madre del menor, con el fin de recabar información que permita esclarecer los hechos.

Además, el último parte médico reporta al adolescente como "estable", aunque permanece ingresado en la UMI del Hospital Materno Infantil, hasta donde fue trasladado con varios traumatismos graves. La madre afirma que, pese a esta estabilidad, la situación aún es grave y crítica.

Recopilación de los hechos

El suceso se produjo este lunes alrededor de las 18.15 horas. Según fuentes de la investigación, fue el propio padre del niño el que contactó con el 1-1-2 para alertar a los servicios de emergencia de que su hijo se había caído por la ventana de la vivienda. Dado el estado de nervios en que se encontraba, en esa llamada el progenitor apenas pudo verbalizar palabras más allá de comunicar que el niño había caído, según explican fuentes de la investigación.

En el momento de los hechos, el menor estaba acompañado por su hermana, una niña de nueve años, mientras que su padre se encontraba en el portal del edificio arreglando una moto. Fue la madre de los menores, que vigilaba a los niños a través de una cámara de seguridad instalada en la vivienda, la que a través de las imágenes vio a su hija llorando, por lo que avisó al padre para que subiese a la casa a ver qué ocurría. Al acceder a la casa, según relató el padre a los agentes, oyó cómo el joven se precipitaba desde el octavo piso. La investigación para esclarecer los hechos continúa abierta.