Condena de tres años de prisión al patrón de un cayuco que llegó a Canarias

Antes del juicio hubo un acuerdo de conformidad entre el fiscal y la abogada defensora

Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife

Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife / E.D.

Santa Cruz de Tenerife

El hombre acusado de ejercer como patrón de un cayuco que llegó a la provincia de Santa Cruz de Tenerife fue condenado este lunes a tres años de prisión por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

La pena le fue impuesta por tres magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.

En un primer momento, el fiscal delegado de Inmigración y Extranjería solicitaba cinco años de privación de libertad para el mencionado varón.

Sin embargo, antes de que comenzara el juicio, el representante del Ministerio Público y la abogada defensora del individuo llegaron a una conformidad.

Este acuerdo implicó que el acusado reconocía la autoría de los hechos y la Fiscalía rebajaba los años de condena para el mismo.

Con diez personas

El individuo desarrolló diversas funciones como patrón del cayuco que llegó al Archipiélago con diez personas de origen subsahariano a bordo y en unas condiciones muy peligrosas.

El Ministerio Público consideró que el acusado se puso al frente de una embarcación de fibra, que era usada en su país de origen, Mauritania, para la pesca de bajura.

La travesía entre dicha zona de África y Canarias se prolongó durante unos cuatro o cinco días, según relataron los migrantes a su llegada a las islas.

Dinero cobrado

Gracias a la información recabada por agentes de la Policía Nacional, el individuo participó en el cobro del dinero a los migrantes que querían subirse al referido cayuco, entre 250.000 y 300.000 uguiyas (moneda mauritania).

En base a los datos recogidos por los investigadores, el individuo se ocupó de varias funciones dentro del barco, como llevar el timón y controlar el rumbo con un terminal de GPS, decidir en qué lugar debían ponerse los migrantes, explicar cómo debían comportarse y que no debían delatarlo al llegar al punto de destino.

En el citado cayuco sólo había dos chalecos salvavidas. Además, la embarcación carecía de cualquier medida básica de seguridad, como un lugar para almacenar el combustible, medio de comunicación náutica, luces de posición o deflector de radar.

Tracking Pixel Contents