«Nos toca contener la rabia y que la justicia siga su camino», asegura el alcalde de La Aldea tras el asesinato de su suegra

«Muchísimas gracias por estas muestras de acompañamiento y solidaridad en estos momentos complicados para la familia. Pero nos toca gestionar y contener la rabia, y que la Justicia siga su camino. Muchísimas gracias, de verdad». El alcalde de La Aldea, Pedro Suárez, pronunció estas breves palabras entre muestras de afecto y emoción, tras el minuto de silencio convocado a mediodía de este viernes en las puertas del ayuntamiento «en señal de pésame y duelo» por la muerte violenta de su suegra, acaecida en la noche del miércoles. La víctima, Consuelo Padrón Medina, fue velada desde la una y media en el velatorio municipal tras realizársele el análisis forense, y antes de su entierro, que tuvo lugar casi cinco horas después en el mismo cementero. Mientras, el supuesto autor que apuñaló a la octogenaria en su domicilio pasará en estas próximas horas por el juzgado número 1 de Guía, cuyo titular determinará su futuro inmediato, tras permanecer en el cuartelillo de la Guardia Civil.

El pueblo sigue conmocionado por la tragedia que ha dejado marcada a dos familias, que habían compartido sus vidas durante años, y que vivían casi puerta con puerta. Nadie se esperaba un golpe tan duro, y las conversaciones familiares y callejeras giran en torno a lo sucedido.

La Aldea está de luto social. Pero también oficial. Las doce campanadas de la iglesia daban paso este mediodía del viernes a un minuto de silencio en la entrada principal del ayuntamiento. Allí se concentraban miembros de la Corporación para arropar a su alcalde en estos difíciles momentos, trabajadores municipales y vecinos.

A su finalización, Pedro Suárez daba las gracias por el apoyo que está recibiendo su familia, que fue acompañado por aplausos de los asistentes y muchas muestras de afecto a través de abrazos y muestras cariñosas de ánimo. Entre ellos del exalcalde aldeano, Tomás Pérez, y el actual primer teniente alcalde, Víctor Hernández.

De momento, los vecinos siguen preguntándose los motivos por los que una persona que nunca había dado muestras visibles de problemas en la vida de La Aldea, pudo haber sido el causante de una muerte violenta.

Lo cierto es que el detenido, de 54 años y que responde a las iniciales de V. M., solía hacerle recados a la víctima, y en ocasiones recibía alguna compensación. Aunque tenía problemas de adicciones a las drogas, los que le conocían aseguran que era una persona trabajadora, que lo mismo echaba una mano en el campo que en otros faenas en las que pudiera ser contratado.

El sospechoso vivía con su madre junto a la víctima. Y ambas familias mantenían una fluida relación. De ahí que no era extraño que una de las hijas (tiene cinco) fuera a abrazarse con sus vecinas el jueves tras levantarse el operativo la Guardia Civil, y con el sospechoso esposado.

La teoría más extendida en el pueblo es que el autor entró en la casa de la mujer, de 86 años. Tal vez, para coger dinero o robar. Pero debió encontrarse sin esperarlo a la suegra del alcalde. Y ahí debió coger un cuchillo y la apuñaló en el cuello.

Sería su hija quien se la encontraría luego sobre las 11 de la noche, aunque no pudo hacer nada por auxiliarla.

El principal sospechoso huyó de la casa, dejando atrás el arma blanca. Y se refugió en su domicilio.

Lo curioso, según algunos testimonios, es que el individuo no mostró luego ningún tipo de arrepentimiento, pese a las horas transcurridas y el estrecho vínculo entre ambas familias.

La Guardia Civil dirigió las sospechas en esta persona, ya que nada mostraba que la vivienda unifamiliar en la que residía fuera violentada para entrar.

La inspección realizada en el domicilio permitió centrar todas las sospechas sobre él, por lo que fue detenido y trasladado a dependencias policiales durante el mediodía del jueves. El principal sospechoso, que quienes le conocen dicen que era muy reservado, pasará en las próximas horas en el cuartelillo antes de ser llevado ante el juez, que determinará su situación legal.

Mientras tanto, las dos familias comparten cada una a su manera el dolor por esta muerte violenta.

La familia pudo velar durante algunas horas este viernes el cuerpo de la anciana. Tras pasar por el Instituto Anatómico Forense, donde se le practicó la autopsia, llegó al velatorio sobre la una y media de este viernes, acompañado de sus familiares más directos.

En el velatorio se encontraban el presidente del Cabildo, Antonio Morales, y el consejero insular de Presidencia y alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, a los que se unieron durante la tarde numerosos vecinos, compañeros de partido y representantes institucionales. No fueron los únicos en apoyar al alcalde y su familia, ya que el consejero de Agricultura, Miguel Hidalgo, también estuvo durante toda la mañana del registro de la Guardia Civil en las viviendas de la calle Los Molinos, junto a sus compañeros de gobierno.

El cuerpo de Consuelo, de 86 años, fue finalmente enterrado a las seis de la tarde en el propio cementerio municipal.