Once años de cárcel por explotar una bomba casera en una vivienda en Santa Cruz
La condena engloba los años de prisión por tenencia de explosivos y amenazas graves

Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. | | E.D. / El Día
La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a un hombre a nueve años de prisión por tenencia de explosivos, y a otros dos por amenazas graves, por hacer explotar una bomba casera en una vivienda en el barrio de Ifara de la capital tinerfeña.
En esta causa había otra persona acusada que se encuentra en paradero desconocido.
Los hechos juzgados tuvieron lugar el 23 de diciembre de 2019, cuando ambos acudieron con el artefacto explosivo con la idea de cobrarse una deuda de la expareja de la dueña de la vivienda, por aquel entonces en prisión.
Además, en la pared de la vivienda hicieron una pintada con un mensaje: "paga".
La mujer sufrió un cuadro de estrés cronificado de carácter nervioso, ansioso-depresivo reactivo que requirió tratamiento médico, prescripción de medicinas y seguimiento.
La explosión dañó a cuatro viviendas y zonas comunes por valor de casi 4.200 euros, que abonó una compañía de seguros que se personó en este procedimiento y a la que el ahora condenado ha de resarcir.
La sentencia da por probada la participación del acusado tras haber oído durante varias sesiones a testigos y peritos y al propio procesado, por lo que habría indicios suficientes de que fue la persona que transportó y explosionó el artefacto, lo colocó y escribió la palabra "paga", de manera que sería el inductor del delito.
A esta conclusión se llega por el testimonio de la dueña de la casa, quien dijo que días antes lo había visto merodeando por el exterior de la vivienda en una moto y por las palabras de su exmarido, quien lo identificó con toda seguridad como autor, aunque en la vista se excusó en que no recordaba nada de lo declarado en su día.
Entonces aseguró que, en otra ocasión, este mismo hombre le había puesto un artefacto a una persona a la que le había comprado varios vehículos por no entregárselos a tiempo.
El acusado conocía la dirección del inmueble porque el marido de la propietaria había trabajado para él en una empresa dedicada a la construcción y lo visitó en varias ocasiones con el fin de llevar a cabo algunas reformas.
El seguimiento de su móvil aquel día lo sitúa en el entorno de la vivienda de Ifara sobre las horas en las que tuvo lugar la explosión, lo que la defensa intentó rebatir alegando que el radio de las antenas en ese enclave es muy amplio y que incluye la propia vivienda del condenado en el barrio del Toscal.
El acusado declaró que el exmarido de la mujer estaba enemistado con él y por eso declaró en su contra, debido a que le había pedido dinero para pagar una deuda relacionada con el tráfico de drogas y se negó.
La Sala, sin embargo, considera que el procesado sabía que la dueña de la vivienda había recibido una cuantiosa herencia de su abuela, lo que le permitió comprar la casa, y por ello quería que le pagara para garantizar la seguridad de su excompañero en prisión.
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