Juicio por un asesinato en Tabaiba: el inductor le dijo a la víctima que tenía para él 70.000 euros

El supuesto autor intelectual de la muerte violenta tenía su teléfono encriptado y se inventó que un sobrino suyo estaba en coma por una agresión para captar a los ahora acusados

Foto del juicio por el asesinato de Rubén en Tabaiba

Foto del juicio por el asesinato de Rubén en Tabaiba / Andrés Gutiérrez

Santa Cruz de Tenerife

El supuesto inductor del asesinato de Rubén, el vendedor de drogas al que mataron a golpes en Tabaiba (El Rosario) en febrero del 2023, convocó a la víctima en su piso con el gancho de que tenía para él 70.000 euros.

Así consta en las conversaciones de whatsapp que una investigadora de la Guardia Civil analizó entre el supuesto autor intelectual de la muerte violenta y el varón que sufrió la agresión mortal el 21 de febrero del 2023.

Durante la evolución del juicio con Jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife se ha evidenciado que era Toño Sánchez (el inductor del asesinato) quien le debía una importante suma de dinero a Rubén (la víctima).

Y que este último estaba desesperado por cobrar esa deuda. De hecho, del estudio de las conversaciones entre ambos, parece claro que desde, al menos, tres días antes de los hechos, Rubén intentaba tener a toda costa una reunión con Toño Sánchez para tratar de cobrar esa cantidad de dinero.

Sin embargo, Toño le había cambiado varias veces la fecha de la reunión, la había retrasado, y eso había incomodado de forma considerable a Rubén.

Trampa mortal

El inductor del asesinato era consciente de esa realidad y por eso tenía claro que la víctima iría a su piso con la esperanza de cobrar dinero. Pero, en realidad, Toño le había preparado una trampa en la que presuntamente dos hombres, José Juan (José el de la Punta) y Antonio José iban a agredirlo hasta matarlo.

Los investigadores de la Guardia Civil no llegan a tener claro si los 70.000 euros corresponden a una deuda relacionada con el tráfico de drogas o con otro tipo de actividad.

Eso sí, los profesionales del Equipo de Delitos contra las Personas (Homicidios) del Instituto Armado sí llegaron a la conclusión de que el nexo entre Rubén y los ahora acusados de matarlo (José Juan y Antonio José) era Toño.

El supuesto inductor de la muerte violenta era dueño de una tienda de nutrición deportiva en San Benito (La Laguna), donde se quitó la vida el día después del asesinato.

Mucho que ocultar

Toño tenía mucho que ocultar a las fuerzas de seguridad. Por ese motivo, utilizaba un teléfono móvil encriptado y esa protección se la implantó un experto informático.

Por esa razón, el contenido de su terminal no pudo ser extraído y volcado en una máquina que posee la Guardia Civil para esa función específica.

Y tuvo que ser la citada agente del Equipo de Delitos contra las Personas quien revisó lo que había en ese teléfono carpeta a carpeta. Pero, además, la mayoría de los contenidos del móvil de Toño estaban borrados, según la investigadora. De hecho, tenía activado un programa para borrar las conversaciones de whatsapp cada 24 horas.

Parte de la información recabada por la Guardia Civil se obtuvo de un teléfono móvil que uno de los acusados, Antonio José, se dejó en el Audi Q2 propiedad de Toño.

En la madrugada del 21 de febrero, horas antes de que ocurriera el asesinato, Toño Sánchez y José Juan (José el de la Punta) realizaron una vigilancia a un vecino de Las Eras (entre Fasnia y Arico), supuestamente con la intención de robarle. De hecho, según las conversaciones halladas por la Guardia Civil, llegaron a entrar al garaje de dicho hombre, pero se llevaron una decepción al no encontrar su coche.

"Ahora o nunca"

Más tarde, a las 2:00 horas, el móvil de José Juan fue localizado en la calle Portugal de Tabaiba, donde se ubica el edificio en el que tenía el piso Toño y donde ocurrieron los hechos.

Toño también habló varias veces con Antonio José para advertirle de la necesidad de actuar con inmediatez en su piso. Así el supuesto inductor del asesinato aseguró: "A muerte; es ahora o nunca"; "Si no, me lo llevo a la tienda (a San Benito) y arriba le corto el cuello".

Para convencer supuestamente a Antonio José de que debe ir a su piso, le dice que un niño (supuestamente un sobrino suyo) le han dado una brutal paliza y se encuentra en coma. Es decir, que el gancho para Antonio José es dar un escarmiento al supuesto autor de dicha agresión inventada. La Guardia Civil revisó en varios hospitales y nunca halló a un menor que tuviera vínculo con Toño.

En otro de los mensajes, Toño le dice a Antonio José, vecino de un barrio de Agache (Güímar): "Si sale mal, apechugo yo, estoy llorando como una maricona".

"Me la juego contigo"

Antonio José le responde a Toño que posiblemente está tomando una decisión precipitada y también le advierte de que: "Hoy no creo que salgan las cosas bien, pero yo me la juego contigo".

En cualquier caso, en otra conversación con otra persona, Antonio José manifestó que llevaba dos días encerrado en la casa y que si los investigadores lo iban a detener lo contaría todo. De hecho, este acusado aseguró a los agentes que el autor material de los golpes que acabaron con la vida de Rubén fue el otro implicado, José Juan, con quien en alguna otra ocasión había ido a cobrar deudas de drogas.

Según los investigadores de la Guardia Civil, Rubén tenía dos teléfonos móviles y uno era para sus negocios de trapicheo de droga.

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