Intento de homicidio a un ocupa en Tenerife: los dos acusados niegan su participación en la brutal paliza

La víctima estuvo a punto de morir y, tras estar ingresado en el hospital casi un año, tuvo que aprender a hablar, a andar y a comer

Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife

Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife / El Día

Los dos acusados de intentar matar a un ocupa de origen latinoamericano en el municipio de Arona en febrero del 2020 manifestaron que no participaron en la agresión y ni siquiera estuvieron en el lugar de los hechos esa tarde-noche.

Ambos individuos, nacidos en Canarias, negaron conocer al afectado por el ataque violento ocurrido en la calle Flora, en la urbanización Chayofa, y explicaron que sólo acudían a la casa donde vivía el agredido para tener relaciones sexuales con chicas, que no eran sus parejas de entonces.

Uno de los procesados, conocido como Álvaro, manifestó que esa tarde realizó una compraventa; después fue a jugar al pádel, y más tarde acudió a una cena con un amigo.

El otro, Francisco, señaló que trabajaba en la construcción y ese día, el 14 de febrero, "por ser un día especial", pidió permiso en su empresa y se fue a cenar con su novia a un bodegón en Los Cristianos.

Sin embargo, ningún testigo ratificó esas versiones de lo que hicieron ambos hombres esa jornada.

También negaron que se dedicaran a desalojar por la fuerza y con violencia casas ocupadas. En el caso de Álvaro, dijo que es falso que se dedicara a alquilar casas a ocupas.

Sin embargo, un testigo aseguró que le cobraba cada mes 300 euros por vivir en un piso ocupado en el barrio de Buzanada, en un edificio en el que también residía el propio Álvaro.

A dicho testigo le tomó declaración la Guardia Civil durante la investigación, pero no fue localizado para que asistiera al juicio.

Este miércoles se celebró en el juicio por intento de homicidio que se celebró en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, presidido por el magistrado José Félix Mota.

El ocupa que fue víctima de la brutal paliza aseguró que los dos agresores "me arruinaron y me destrozaron la vida". Tras pasar muchos meses en el hospital, varios de ellos en coma y durante 17 días en la UCI, tuvo que volver a aprender a hablar, andar o comer, entre otras cosas.

El afectado, de origen latinoamericano, sufrió heridas muy graves en la cabeza, en una mano y en las costillas con una pata de cabra, así como con las patadas y puñetazos. Las diferentes lesiones provocadas por los dos varones canarios pusieron en riesgo su vida.

Aunque tuvo la oportunidad de declarar por videoconferencia, el afectado reconoció que quiso estar presente en el juicio, "porque creo en la Justicia". Para ello tuvo que recorrer 14.000 kilómetros y gastarse 2.000 euros en el viaje, pues hoy en día vive en otro país.

Durante todo el proceso, tuvo una afectación cognitiva, una amnesia sobre lo sucedido, pero no quedaron secuelas a nivel neurológico, según aseguró una médico forense. No obstante, sí le ha quedado una limitación funcional en la mano derecha.

La víctima principal aseguró que el 14 de febrero del 2020 "fuimos a la casa, porque era la propiedad de un amigo y nos permitía pasar los días allí". En realidad, otro ocupa del inmueble les facilitó la llave de un chalé en la calle Flora, en Chayofa, para que se quedara también con su familia.

Aquella tarde, tanto el hombre latinoamericano como su hija escucharon música dentro del domicilio y no pudieron entrar, pues habían cambiado la cerradura.

El primer ocupa (quien le dio la llave a la víctima) acudió al lugar, entró en la casa y comprobó que en el baño estaba escondido otro individuo que tenía un hacha en la mano. Este varón, identificado como Alexis, supuestamente acudió allí para ocupar la vivienda por orden de uno de los acusados de la brutal agresión (Álvaro), según le dijo al primer ocupa que lo localizó allí y le preguntó qué hacía en el chalé. Este individuo supuestamente estaba muy nervioso y portaba un hacha.

Respecto a Álvaro, según las averiguaciones de la Guardia Civil, supuestamente vivía en un piso de un edificio de Buzanada y después gestionaba otras casas ocupadas, por las que cobraba dinero cada mes.

Hace varios años, en dicho barrio de Arona alguien realizó varios disparos contra la fachada de la casa donde residía el ya citado Álvaro.

La víctima del intento de homicidio está plenamente convencido de que los dos acusados fueron quienes lo agredieron de forma muy violenta. De hecho, en la sala de vistas se giró y los señaló, sin ningún género de duda, como los presuntos autores.

El varón latinoamericano relató que los dos acusados se acercaron de intimidatoria y le pidieron las llaves de la casa de forma reiterada. En primer lugar, fue agredida la hija de la víctima del intento de homicidio. Después lo atacaron a él con una pata de cabra. Y, a partir de ahí, sólo le quedan recuerdos vagos, como mucho dolor y los gritos de su hija.

Admitió que, más de un año después de los hechos, tras salir del hospital, le tomaron declaración en el Juzgado y no pudo identificar a los presuntos autores, pues "estaba atiborrado de pastillas".

En el juicio, la víctima afirmó que, varios días antes de la brutal agresión, los dos individuos fueron a hablar con él al chalé de Chayofa para que se marchara de allí.

Y, curiosamente, apenas unas jornadas después del intento de homicidio, un hombre que trabajaba con una inmobiliaria fue a la mencionada vivienda para poner un cartel de venta de la casa y para colocar una cámara de videovigilancia.

La Fiscalía solicita para cada uno de los acusados 14 años de prisión por el delito de intento de homicidio.

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