Siete homicidios, un cadáver sin aparecer y un caso sin detenidos en Tenerife

El pasado ejercicio dejó episodios como el del matrimonio belga asesinado presuntamente por unos compatriotas en Callao Salvaje o el del vecino de El Toscal torturado, apuñalado y quemado

Investigación por la muerte de un matrimonio belga en Tenerife

El Día

Santa Cruz de Tenerife

El año 2024 dejó siete homicidios y asesinatos en Tenerife. En algunos de ellos se empleó una gran violencia, se intentaron destruir pruebas e, incluso, se trató de hacer desaparecer los cuerpos.

Un cadáver continúa sin ser localizado nueve meses después del suceso y parece difícil que pueda ser encontrado. Y en otro de los episodios sigue sin haber detenciones.

De dichas muertes violentas, seis de ellas ocurrieron en el sur de Tenerife, mientras que la otra tuvo lugar en un enclave rural del municipio de La Laguna.

Uno de los episodios más graves ocurrió en Callao Salvaje, en la zona costera de Adeje. El matrimonio formado por los ciudadanos belgas Laura Trappeniers y Marc Francis Olbrecht residía en un chalet de la urbanización Sueño Azul, en Callao Salvaje.

Ambos jubilados disfrutaban de una vida tranquila. Algunas tardes acudían a clases de gimnasia de mantenimiento o yoga. En las semanas previas a su desaparición estaban intranquilos y preocupados. Y se sentían amenazados de muerte, en relación con una propiedad inmobiliaria. Así se lo habían transmitido a personas con las que compartían actividades lúdicas.

Desaparecieron a mediados de abril del pasado año. Laura tenía 66 años y Marc, 71. En la tarde del 27 de abril el cadáver de la mujer apareció en el mar, en aguas de Arico, frente a los barrios de La Jaca y La Listada. Le faltaban las piernas y una de las manos. Presentaba evidencias de haber sufrido una muerte violenta y tenía una bolsa de plástico en la cabeza. Pero, a día de hoy, no se ha encontrado el cuerpo del hombre.

El Equipo de Delitos contra las Personas de la Guardia Civil realizó una concienzuda investigación. Los agentes analizaron las imágenes de cámaras de videovigilancia colocadas cerca de la vivienda del matrimonio. Identificaron como presuntos autores del doble asesinato a tres compatriotas de las víctimas, que también residían y tenían sus actividades económicas en Callao Salvaje.

Menos de dos meses después de que se hallaran los restos de Laura, los ahora acusados fueron detenidos por la Guardia Civil y la Policía de Bélgica. Dos de los implicados son un padre y un hijo: Paul Michael, de 44 años, y su hijo Lucas, de 23. Ambos se subieron a un avión y salieron de Tenerife el domingo 28 de abril; es decir, el día después de que apareciera el cadáver de Trappeniers.

Ambos negaron de forma tajante su implicación en dichas muertes o que tuvieran algún conflicto por motivos económicos o deudas con Laura y Marc. Eso sí, admitieron que los conocían. Sin embargo, según publicó la prensa belga, un Juzgado de Arona obligó a Paul Michael a desalojar una casa de alquiler propiedad de las víctimas.

El tercer detenido es Massimo N., que se dedicaba a realizar trabajos ocasionales y pequeñas reformas. Esa actividad la llegó a efectuar en más de una ocasión para Paul Michael, que tuvo un restaurante en Callao Salvaje.

En las imágenes, se pudo ver que, de madrugada, Massimo entró en la vivienda de las víctimas, salió con dos bolsas de basura y se subió en un Renault Clío de color blanco. El contenido de esas bolsas todavía no ha trascendido.

El 20 de junio, Massimo circulaba en un pequeño camión y un vehículo de la Guardia Civil le cortó el paso en la rotonda que da acceso a Palm Mar, Guargacho y El Fraile. Los agentes del Grupo Rural de Seguridad (GRS-8) lo obligaron a tirarse al suelo, donde le colocaron los grilletes y fue detenido.

Tras ser puestos a disposición de la autoridad judicial, los tres permanecen en prisión provisional a la espera del juicio. Meses después, dos casas de Sueño Azul continuaban precintadas por los investigadores de la Guardia Civil.

En la madrugada del 10 de junio, se descubrió que un hombre argelino, de 56 años, había sido degollado y golpeado en una parcela sin edificar en El Mojón, junto a Los Cristianos, en Arona. Hacía poco que el mencionado individuo había salido de prisión y era una persona sin hogar, que pernoctaba en casetas o donde podía.

La investigación fue asumida por la Brigada de Policía Judicial de la Policía Nacional de la Comisaría del Sur. Tras realizar diversas gestiones y tomar declaración a testigos, los agentes detuvieron a una mujer brasileña de 63 años, que llevaba décadas asentada en la Isla. Ambas personas mantenían frecuentes peleas y discusiones. Y a los dos les constaban antecedentes por diferentes delitos.

Una de las hipótesis es que la presunta autora aprovechó que el ciudadano argelino estaba dormido, ebrio o drogado, para atacarlo y que no pudiera defenderse. La acusada utilizó un cuchillo para acabar con la vida del varón y supuestamente modificó la escena del suceso con la intención de que pareciera que se había suicidado.

El domingo 28 de julio se halló el cuerpo sin vida de un joven asturiano en un apartamento del complejo Mare Verde, en Costa Adeje. Tenía signos de estrangulamiento y un cable alrededor del cuello, así como golpes en la cabeza. La víctima era vecino de Vallobín, en Asturias, e hijo de un exconcejal ya fallecido del Ayuntamiento de Grandas de Salime.

El individuo investigado por la Policía Nacional como presunto autor había salido de la cárcel meses antes, tras cumplir 16 años de prisión por otro asesinato.

El 6 de septiembre fue detenido por la Policía Local de La Laguna y por la Policía Nacional un hombre canario de 61 años que, minutos antes, presuntamente había matado a su hermano, de 67 y enfermo terminal de cáncer. El acusado también intentó acabar con la vida de una hermana, de 49 años, que sufrió lesiones muy graves en la cabeza.

El suceso ocurrió en la casa familiar en el Camino La Mina, que conecta El Rodeo Alto con la zona de la prisión Tenerife II. La mujer agredida acudía de forma periódica a ayudar al hermano enfermo. El acusado, J.C.R., reconoció a los agentes que había atacado a sus familiares con una tabla.

El 16 de septiembre, un joven, de nacionalidad venezolana, falleció supuestamente durante un asalto al restaurante Saúco, en Alcalá (Guía de Isora). En el enfrentamiento con los ladrones, los propietarios del establecimiento también resultaron heridos. El suceso se produjo durante la medianoche del domingo al lunes. La víctima murió al recibir cuchilladas y quedó tendida junto a una puerta lateral del negocio.

Los dueños, también venezolanos, se vieron sorprendidos cuando ya el restaurante estaba cerrado al público y los asaltantes entraron por la azotea. Casi cuatro meses después, todavía no se han producido detenciones.

El lunes 7 de octubre apareció el cuerpo quemado de un hombre en un túnel bajo la autopista del Sur (TF-1), a la altura de Arico, en las proximidades del acceso a Abades. La víctima tenía signos de haber sufrido una muerte violenta y las manos atadas sobre el abdomen.

El fallecido, de 38 años, era vecino de El Toscal, en Santa Cruz de Tenerife. Los investigadores de la Guardia Civil detuvieron a cinco personas: una mujer, tres adultos y un menor de edad, con relaciones familiares entre ellos. La víctima fue torturada durante varios días en una casa de El Portezuelo, en Tegueste. Y bajo el túnel de la autopista fue apuñalado y, para intentar borrar pruebas, lo rociaron con gasolinera y lo quemaron.

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Y el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Valverde, en El Hierro, instruye otro asunto por el asesinato de cuatro inmigrantes subsaharianos en un cayuco que llegó a dicha Isla el 3 de noviembre.

El Servicio de Información de la Guardia Civil detuvo a los siete patrones del barco, que presuntamente maniataron a las víctimas y las tiraron al mar. Los acusados, todos senegaleses, fueron arrestados en el centro de atención temporal de Las Raíces (La Laguna).

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