Condenados por lesiones dos presos de Tenerife II por un altercado en la cárcel

La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha ratificado la condena a dos internos de la prisión Tenerife II a dos años de cárcel cada uno por considerarlos responsables de un delito de lesiones y a indemnizar a otros ocho presos por los daños causados durante un altercado.

De los diez procesados inicialmente, la Audiencia condena a dos a por lesiones y absuelve a todos de los cargos de atentado y desorden público por los que también habían sido procesados.

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Los hechos tuvieron lugar cuando sobre las ocho de la mañana del 26 de junio de 2017 uno de los condenados inició una discusión en la que intervinieron todos los procesados, dos de ellos ya fallecidos.

Un preso recibió múltiples golpes sin quedar acreditado quién lo hizo, siendo objeto por parte de uno de los condenados de una patada que le hizo caer inconsciente por lo que tuvo que ser protegido por los funcionarios de prisiones que intervinieron para detener la pelea.

Este preso consiguió levantarse, cogió un palo de fregona que había en el suelo, se atrincheró contra la pared y dio bandazos con él para repeler la agresión que estaba sufriendo.

Otros de los encausados se empujaron mutuamente, propinaron golpes, mientras que el otro condenado cogió el palo utilizado por el agredido y pegó con él a uno más que cayó al suelo con una brecha y sangrando, por lo que tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario.

Por su parte, este agresor sufrió lesiones de las que no quiso ser reconocido por el médico, a otro se le fracturó la mandíbula, herida que tardó 150 días en curarse, uno más presentó erosión en la articulación de la mano de la que se pudo recuperar en tres días, y otro presentó un daño en la nariz y párpado y uno de los fallecidos recibió un golpe en la cara.

Uno de los condenados recurrió ante la Audiencia Provincial donde se dio por probado que propinó una patada que causó los daños mencionados, de manera que sería autor de una agresión "concreta y precisa" y para llegar a esta conclusión se basó en el testimonio de varios funcionarios de prisiones quienes alegaron que también vieron como corría peligro su propia integridad física.

En definitiva, la Audiencia considera que los argumentos del recurrente "no son más que su interpretación parcial y subjetiva de lo acaecido" y defiende que una vez que oyó todos los testimonios el magistrado llegó a la conclusión de que los hechos ocurrieron tal y como se relata en la sentencia.