Los médicos no hallaron lesiones relevantes en la denunciante de una agresión sexual en Tenerife

El protocolo de inspección se activó más de 30 horas después de los hechos

Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife

Palacio de Justicia de Santa Cruz de Tenerife / E.D.

Santa Cruz de Tenerife

Médicos del Hospital Nuestra Señora de La Candelaria y las forenses del Instituto de Medicina Legal no encontraron lesiones de consideración y relacionadas de forma directa con una agresión sexual denunciada por una joven en agosto de 2019 y que supuestamente ocurrió en un festival de música celebrado en la zona de Costa Adeje.

Y los especialistas del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Canarias tampoco hallaron restos de que la víctima hubiera consumido un exceso de alcohol o estupefacientes, ni siquiera de que le hubiesen dado una droga de sumisión.

En cualquier caso, la víctima se ratificó en que sufrió una agresión sexual en el juicio que comenzó ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. Por tales hechos el fiscal solicita ocho años de prisión para el joven acusado de los mismos, así como una orden de alejamiento de una década, otros cinco años de libertad vigilada, una multa de 480 euros, así como una indemnización a la afectada de 12.100 euros.

La víctima y su prima decidieron acudir al citado evento musical. Allí conocieron al ahora acusado y a un amigo, con quienes entablaron conversación. En un momento dado, según la denunciante, las chicas decidieron ir al baño y, a las mismas, se añadieron los dos varones. Pero, poco después, se percató de que a los urinarios sólo iban ella y el joven con el que poco antes se había besado.

La ahora afectada relató que el ahora implicado le indicó en qué baño debía entrar. Cuando ya se disponía a salir, fue empujada al interior de nuevo por el acusado. Entre las partes se produjo un forcejeo, según contó la joven. Además de levantarle el top y tocarle los pechos, hubo un momento en que presuntamente le introdujo los dedos en sus partes íntimas. Y añadió que, después, el acusado se sacó su pene y se masturbó.

La afectada contó lo que le había pasado a su prima, que lo animó a intentar resolverlo entre ellas, sin decirlo a familiares ni a las fuerzas de seguridad. Una vez que transcurrieron 32 horas, la víctima decidió relatar el episodio a un conocido que se dedica a realizar tatuajes. Ante la gravedad de los hechos, dicho hombre le dijo que tenía que haberlo dicho antes y se decidió a llamar a la madre de la joven para relatarle la supuesta agresión sexual.

En el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria (Hunsc) se activó el protocolo de agresión sexual. El médico residente y la ginecóloga no apreciaron lesiones durante la exploración genital, ni escoriaciones ni hematomas, según consta en su informe.

Una médico forense del Instituto de Medicina Legal sí apreció una pequeña laceración, de un milímetro, en la zona de entrada a la vagina. La profesional sanitaria explicó que esa pequeña lesión “es compatible” con el relato de los hechos efectuado por la víctima, pero “sin descartar completamente otros mecanismos”; es decir, que pudo deberse a que le metieran un dedo de forma violenta, pero también a un “rascado” o a un “tocamiento efusivo”.

Un perito del Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses aclaró que 36 horas después del suceso ya el alcohol que pudo tomar la víctima había sido “metabolizado” por el organismo y no había restos. Tampoco aparecieron indicios del consumo de estupefacientes o alguna droga de sumisión, como el éxtasis líquido. En cualquier caso, admitió que “resulta compleja” la realización de una prueba después de transcurrido tanto tiempo.

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