El joven Abderraman Bas, de 25 años recién cumplidos y natural de Guinea Conakry, es el quinto migrante que muere ahogado en el río Bidasoa, en 13 meses, intentando cruzar la frontera franco-española de Irun (Gipuzkoa) y proseguir un viaje migratorio en el que logró llegar a Canarias y pisar territorio europeo.

Poco más de un mes ha permanecido sin embargo en la UE, pues llegó a Arrecife de Lanzarote, el pasado 12 de mayo y ayer la Guardia Civil encontró su cuerpo sin vida en aguas del río fronterizo, a la altura del puente internacional de Behobia, según la Delegación del Gobierno en el País Vasco.

Los agentes del instituto armado han continuado después «recorriendo el río aguas arriba» con motos de agua y patrullas terrestres por sus orillas, en busca de objetos personales e indicios que puedan aclarar las circunstancias de la muerte y ayudar a la identificación.

Aunque no ha precisado si se han encontrado finalmente efectos personales del fallecido, la Delegación del Gobierno ha difundido su identidad tras haber cotejado sus huellas y comprobar que constaba su entrada a España por Arrecife.

El cadáver ha sido sacado del río esta mañana por efectivos del instituto armado y, una vez que se ha producido el levantamiento por orden judicial, ha sido trasladado al Instituto de Medicina Legal de San Sebastián, donde el próximo lunes le será practicada la autopsia.

El joven de raza negra vestía pantalón corto y una camiseta tipo polo, tal como ha detallado el delegado del ejecutivo central en Euskadi, Denis Itxaso, quien, antes de la identificación, ha remarcado que «el buen estado» en que se encontraba el cuerpo parece indicar que el fallecimiento se ha producido por «ahogamiento» y ha sido «muy reciente».

Itxaso ha lamentado este «nuevo drama humano» que ha sufrido este migrante, que «busca un lugar donde desarrollar una vida y se topa con la muerte en una frontera en el seno de Europa», según ha publicado en redes sociales.

Con Aderraman Bas, ascienden a cinco los migrantes en tránsito que han muerto en algo más de un año en el Bidasoa, en el municipio de Irun, cuando trataban de cruzar el río fronterizo y proseguir su viaje hacia Francia u otros países europeos.

El 22 de mayo de 2021 falleció ahogado Yaya Karamoko, de Costa de Marfil, de 28 años; Abdoulaye Coulibaly, de 18 años y natural de Guinea Conakry, perdió la vida el 8 de agosto; y el 20 de noviembre pasado fue hallado otro cadáver que no fue identificado de manera oficial.

El 30 de marzo de 2022 fue encontrado el cuerpo de un migrante senegalés desaparecido 18 días antes, cuando tres se adentraron en aguas del río fronterizo y sólo dos de ellos alcanzaron la orilla del lado francés.

El director de Inmigración del Gobierno Vasco, Xabier Legarreta, ha señalado que el control «selectivo y racista» de la policía francesa en la frontera de Irun provoca estas «situaciones dramáticas».

«Obliga a que estas personas utilicen vías menos seguras para conseguir su objetivo» de pasar a Francia y en algunos casos «provoca» su muerte, ha dicho Legarreta, quien ha exigido «desde el Gobierno Vasco, una vez más, rutas y corredores seguros».