Agresión homófoba
Cuatro detenidos por pegar una paliza a una pareja gay en Palma
Los individuos acosaron a una de las víctimas en un bar de Maioris y le acercaron una botella a la cara mientras le decían: "¡Chúpala!"
Cuando el joven se reunió con su pareja en la calle, les propinaron repetidos golpes mientras les insultaban: "¡Maricones de mierda!"

Una de las víctimas de la agresión homófoba en Llucmajor. / DM
La Guardia Civil y la Policía Local de Llucmajor han detenido a cuatro hombres que el pasado lunes presuntamente pegaron una paliza a una pareja gay en un centro comercial de la urbanización Maioris mientras les gritaban «¡maricones de mierda!». Los individuos se acercaron a una de las víctimas y le insultaron al tiempo que le conminaban a que chupara una botella. Cuando el joven trató de marcharse le siguieron vejando delante de numerosos testigos y le propinaron repetidos golpes a él y a su marido. Al lugar se desplazaron rápidamente patrullas de la Policía Local y la Guardia Civil, que en cuestión de horas identificaron y arrestaron a los sospechosos por los delitos de odio y lesiones.
El incidente ocurrió sobre las doce de la noche del pasado lunes, en un bar de un centro comercial de la urbanización Maioris, en Llucmajor. Las víctimas, una pareja gay de 28 y 40 años, habían estado en el local con unos amigos, y uno de ellos salió a por su coche.
En ese momento, un grupo de cuatro hombres que estaban en el bar se acercaron al joven de 28 años y empezaron a insultarle mientras le acercaban una botella a la cara y le decían: «¡Chúpala!».
El joven intentó marcharse al exterior, donde le esperaba su pareja, pero los individuos le siguieron. Continuaron insultándole y le propinaron bofetadas en la cara y golpes en el pecho.
Cuando salieron a la calle, la pareja del joven trató de interponerse, y fue entonces cuando los cuatro hombres descargaron una lluvia de golpes sobre ellos, y les causaron una hemorragia en la nariz y numerosas contusiones.
«Yo estaba fuera», explicaba hoy el hombre de 40 años, «y vi que mi marido salía rodeado de aquellos tipos. Le estaban dando tortazos y empujones, mientras le gritaban ¡maricón de mierda! Intenté que dejaran de pegarle, pero al final todo lo que pudimos hacer fue quedarnos abrazados junto al coche mientras nos golpeaban».

Manchas de sangre en el coche de la víctima tras la agresión. / DM
El incidente ocurrió en presencia de numerosos testigos, que se asomaron a la ventanas al oír los gritos y salieron en defensa de las víctimas. Los agresores se marcharon mientras les decían: «¡Como llaméis a la Policía volveremos a por vosotros!». Otro de ellos comentó: «Dejad ya a los maricones de mierda que ya les hemos pegado».
Poco después llegaron patrullas de la Policía Local de Llucmajor, que esa misma noche identificaron a los cuatro agresores. Se trataba de cuatro empleados de un hotel cercano. Tras confirmarse que los dos habían sufrido lesiones, todos ellos fueron detenidos por la Guardia Civil. Se trataba de dos españoles, un francés y un rumano.
«Mi marido trabaja en un restaurante cercano, y les había visto porque los cuatro suelen ir a comer allí, por eso conocían su orientación sexual», comenta una de las víctimas, «pero nunca había tenido ningún problema con ellos».
La pareja destacó la rapidez y eficacia con la que actuaron tanto la Policía Local de Llucmajor como la Guardia Civil.
Suscríbete para seguir leyendo
- Un paisaje protegido de Tenerife vuelve a sufrir la masificación: más de 200 personas y coches a los lados de la vía
- Canarias ya tiene calendario laboral para 2026: estas son las fiestas autonómicas y locales
- El Cónclave del Carybom dicta sentencia: 'Si baja la Virgen de Las Nieves, hay bajada en La Palma; da lo mismo el resto de actos
- La camiseta que llevará Ayoze Pérez en la Champions, más barata que la del CD Tenerife
- El IGN registra un enjambre sísmico durante la madrugada en Tenerife
- Ni aire acondicionado ni ventilador: este invento de Ikea te enfría la casa por menos de 40 euros y es fácil de instalar
- Intensifican la búsqueda de un desaparecido en el sur de Tenerife
- Santa Cruz impulsa el primer refugio municipal exclusivo para los gatos callejeros