Investigación
El cabecilla de los pederastas de Barcelona también pagó 50 euros a un niño de 14 años a cambio de sexo
Teófilo Lapeña abusó de este menor y de otra niña en un encuentro con los dos
El sospechoso también está acusado de suministrar drogas al adolescente

Los Mossos desarticulan una trama de pederastas que captaban a menores en las redes sociales / EFE
El cabecilla de la red de pederastas del barrio barcelonés del Raval, el electricista Teófilo Lapeña Martínez, pagó dinero a un niño de 14 años a cambio de sexo, según consta en las diligencias policiales a las que ha tenido acceso El Periódico de Catalunya. A este menor, incluso, le ofreció mantener un encuentro –la edad mínima de consentimiento son 16 años, por lo que hablamos de agresiones sexuales– con él y con la niña de 12 años bajo guarda de la Direcció General d'Atenció a la Infància i l'Adolescència (DGAIA). Fue precisamente esta menor quien acabó denunciando al principal sospechoso ante los Mossos d'Esquadra por las múltiples violaciones a las que fue sometida por él y por otros hombres en el piso que el electricista tenía en la calle Unió del barrio del Raval de Barcelona. En los tres procesos judiciales abiertos contra los miembros de esta trama hay en la actualidad un total de 15 imputados y más de una decena de víctimas, aunque, de momento, solo dos casos llegarán a juicio por presunta agresión sexual.
El menor de 14 años contactó con Lapeña a principios de 2021. Lo conoció a través de un amigo suyo que le explicó que este hombre tenía un piso en Barcelona y que allí podían fumar porros y beber alcohol tranquilamente, sin que nadie les dijera nada. Ese conocido le explicó también que contactaba a través de Telegram con el acusado de pederastia (en la primera causa abierta, la fiscalía pide 107 años de prisión contra él por las violaciones a la menor).
Con esta premisa, el niño acudió en varias ocasiones con amigos suyos de la misma edad a la vivienda de la calle Unió. En el piso, explicó el menor a los Mossos, consumían porros, bebían alcohol y fumaban en una pipa de agua. En muchas ocasiones, según esta víctima, las drogas eran suministradas por el mismo Lapeña. Por esta razón, uno de los procedimientos judiciales no solo está abierto por presuntas agresiones sexuales, sino también por un delito contra la salud pública por proporcionar sustancias ilícitas a un menor de edad.
Grabado con el móvil
El menor explicó a los agentes que esos encuentros fueron adquiriendo carácter sexual. Lapeña, incluso, le proponía a él y a sus amigos que fueran a su piso con otras niñas y para ver pornografía. En una ocasión, el acusado le enseñó la foto de la menor y le propuso un encuentro entre los tres. Él accedió. Llegado el momento, Lapeña, siempre según esta víctima, sacó su teléfono móvil y comenzó a grabar un vídeo. Se iban pasando el móvil del uno al otro. Las imágenes duran unos siete u ocho minutos. Los investigadores argumentan que el imputado manipuló al menor.
En otra ocasión, Lapeña pagó 50 euros a este niño, destaca su declaración ante los Mossos, a cambio de que le dejara practicar una felación. "Me dijo que me pusiera los auriculares y mirara pornografía", relató esta víctima a los agentes. Esta situación se repitió tres veces más. Pero el presunto pedófilo fue más allá y ofreció a este menor tener sexo con otro adulto a cambio también de dinero. El adolescente fue distanciándose poco a poco de Lapeña, que tiene ahora 45 años, porque sus amigos dejaron de ir al piso.
Reiteración delictiva
Tras la declaración del niño ante los Mossos, la Fiscalía de Barcelona presentó la querella contra Lapeña en el mismo Juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona, que ya investigaba la presunta agresión sexual de Teófilo a la menor de 12 años. La acusación pública atribuyó al electricista, que trabajaba en una empresa de Sant Boi de Llobregat, un delito de agresión sexual a menor de 16 años con "acceso carnal por vía bucal", prostitución de menores y un tercero contra la salud pública por proporcionar hachís y marihuana a la víctima.
Por la agresión sexual al niño, el juez Francisco Miralles acordó su ingreso en la cárcel, donde todavía permanece. El auto que acuerda esta medida señala que existe el riesgo de que Lapeña, nacido en Gandía (Valencia), huya porque los delitos que se le imputan comportan una pena elevada y por la "clara" posibilidad de "reiteración delictiva". En este sentido, el magistrado recalca que el imputado "se revela como una persona que mantiene relaciones sexuales con menores de forma habitual", por lo que podría incurrir en nuevas agresiones sexuales.
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