Violencia de género

"Tic taaaaaac": el insoportable acoso en Vigo de un hombre a su exnovia

La Fiscalía pide 15 años para el acusado por hostigar sin tregua a la mujer, que tuvo que dejar de vivir sola, cambiar de número de teléfono y acabó con ansiedad y de baja laboral

Manifestación en Vigo con motivo del 25-N clamando contra la violencia machista.

Manifestación en Vigo con motivo del 25-N clamando contra la violencia machista. / Marta G. Brea

Marta Fontán

Un acoso insoportable que duró meses y que solo cesó cuando el causante ingresó en prisión provisional. El Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo ha señalado para el 18 de diciembre el juicio contra un hombre que hostigó supuestamente de todas las maneras posibles a su expareja, hasta el punto de que ella tuvo que dejar de vivir sola y volver con sus padres, cambiar de número de teléfono varias veces y recibir tratamiento por ansiedad, necesitando por ello una baja laboral. Este vecino de Vigo que ya cuenta en su historial con condenas por violencia de género afrontará en esta vista 15 años y 3 meses de prisión: la fiscal, que le atribuye casi una decena de delitos, concluye que actuó así con el ánimo de "despreciar" la decisión de la víctima de acabar con la relación sentimental y en un afán de demostrar "su dominio y superioridad" sobre ella.

La pesadilla para esta mujer arrancó el 4 de junio de 2022 y no se atenuó hasta que el 23 de julio de 2023 el hombre fue encarcelado. Ese día de junio, tras un noviazgo en el que convivieron durante dos años en el piso de ella, él, siempre según el relato de la Fiscalía, la aterrorizó hasta el punto de que la víctima se encerró en una habitación y llamó a la Policía. Solo fue el principio. El acusado no aceptaba la ruptura y dio inicio a un acoso "insistente y reiterado". Mensajes a través de WhatsApp y Telegram, llamadas telefónicas primero desde teléfonos suyos y después utilizando terminales de amigos o números ocultos... También iba a timbrar al piso de la mujer o al de sus padres y la perseguía y vigilaba, como ocurrió durante esas primeras semanas en un chiringuito de la playa de Alcabre o en un bar de Rosalía de Castro a donde ella iba con amistades.

Emoticonos amenazantes

La víctima denunció y el 10 de agosto de 2022 un juzgado impuso una orden de alejamiento al acosador. No valió de nada. Continuaron los mensajes, las llamadas y los correos electrónicos. "TIC TAAAAAAAAC", le habría escrito el acusado varias veces, enviándole también emoticonos de carácter "amenazante e intimidatorio".

El hostigamiento fue subiendo de tono: el hombre, describe la fiscal, accedió a la aplicación informática del personal del hospital donde trabaja la mujer, poniendo en su foto de perfil una imagen íntima. Trató también de entrar en su Facebook e Instagram y usó datos personales de ella para realizar pedidos de comida a domicilio o para que empresas de seguros, telefonía o suministros la llamasen sin cesar por servicios o préstamos que la víctima no había solicitado.

Uno de los episodios más graves ocurrió cuando, el 15 de noviembre de ese 2022, persiguió presuntamente el coche de la víctima –en el que ella iba con una amiga– desde Vigo a Fornelos de Montes. Tras ese hecho, ambas fueron a la comisaría viguesa a denunciar, dándose la circunstancia de que él condujo también hasta allí, por lo que fue detenido. Junto al acoso protagonizado, no podía ponerse al volante al estar privado de carné por pérdida de puntos.

A raíz del arresto, y dada su conducta de los últimos meses, el juez lo envió a prisión provisional, pero siete meses después, el 19 de junio de 2023, quedó libre. Pese a que se le prohibió de nuevo aproximarse a su ex y se le colocó un dispositivo telemático de control, siguió con el acecho. "Tic tac" volvió a escribirle. Continuaron las llamadas, los mensajes y los quebrantamientos del alejamiento.

El 22 de julio de ese 2023 la mujer tuvo que refugiarse en una cafetería. Al día siguiente el juzgado volvió a mandarlo a prisión provisional, situación en la que continuaba al menos hasta este verano. Junto a delitos de acoso o quebrantamiento, la fiscal le acusa de otros como amenazas, lesiones o revelación de secretos.

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