Violencia machista

Testimonio de una mujer maltratada en Zamora: "Cogió un cuchillo y pateó mi cara... que acabe de una vez"

Los médicos tuvieron que reconstruir nariz y boca a la víctima, a la que socorrió una vecina mientras el agresor limpiaba la sangre del portal

El maltratador confiesa el delito ante las magistradas.

El maltratador confiesa el delito ante las magistradas. / José Luis Fernández

Susana Arizaga

Armado con un cuchillo "de unos 30 centímetros", persiguió a su pareja, a la que había golpeado "con las manos cerradas, con los anillos, y tirando del pelo" hasta dejarla tendida en el suelo del salón mientras salía de estancia en dirección a la cocina, "oí ruidos como de buscar algo", probablemente el arma blanca, "y pensé 'si me quedo me mata'", antes de intentar huir.

La zamorana apenas llegó a alcanzar la segunda puerta del edificio que le permitía salir a la calle. Su plan de fuga desde el primer piso en el que vivían se vio truncado por la agilidad del maltratador, de iniciales J.M.P., condenado por una violación, "me alcanzó. Me tiró del pelo hacia atrás, caí al suelo y me pateó la cara, me pegó un fuerte golpe en la cabeza, apretó el pie contra mi cara, sin soltar en ningún momento el cuchillo, "lo sujetaba hacia arriba y pensé "aquí me mata", no dejaba de pegarme y le dije "termina de una vez". Estaba aturdida, mareada y aterrada", volvió a relatar sin dejar de llorar y sollozar durante el tiempo en el que prestó testimonio en el juicio celebrado en la Audiencia de Zamora.

Intento de homicidio

El plan para continuar con "la brutalidad de la agresión", que describió el fiscal de Violencia de Género, "con el intento de homicidio", duraría aún más. Cuando se percató de que su compañera sentimental sangraba abundantemente y se vio manchado, "me dijo que me levantara para ir al ascensor y volver al piso, pero yo no podía levantarme". Entonces, "me cogió del pelo y me arrastró hasta meterme dentro".

De allí, la trasladó de nuevo a la vivienda de ella, donde le había acogido tras salir de la cárcel por una violación, llevaban tres años de relación. "Me vi en medio del comedor", donde la dejó tirada y medio desnuda, descalza y con una bata, como la había hallado el procesado cuando llegó del bar pasadas las doce de la noche. "Se había tumbado a mi lado, estaba cariñoso", pero la discusión comenzó enseguida "por una bobada". Y, de nuevo, el temor a la muerte, "si me llego a quedar en el piso, me mata".

"Por favor, ayúdeme, me va a matar"

La "fortuna" dentro de esa brutalidad, como indicó el fiscal, quiso que el hombre diera un pequeño respiro a la víctima. El imputado cogió una fregona la de la casa y salió hacia el portal para limpiar la sangre. Recogió la que había en el portal, pero no tuvo tiempo de retirar la de las paredes ni los restos del ascensor.

Pero sí fueron los minutos suficientes para que la víctima, malherida, pudiera salir de la vivienda y "fui subiendo pisos, en le segundo me hice pis y pensé "aquí, me ve enseguida si sube. Empecé a subir y llamé a una puerta". Estaba ya en el quinto piso del edifico del barrio de Los Bloques. "Una mujer me abrió y me miró sorprendida. "Por favor, ayúdeme porque me mata".

La frase la reprodujeron las vecina y su madre, al declarar en la Audiencia, "estaba cubierta de sangre, desnuda con una bata y descalza, y el pelo alborotado. "Viene a por mí, viene a matarme". La metí en casa sigilosamente porque no sabía de qué piso llegaba", describió la mujer. Su madre pudo reconocer a la víctima pasados unos minutos, "era la hija de una vecina".

Piden 11 años

La Fiscalía exigió ayer a las tres magistradas de la Audiencia una condena a 9 años y medio por un intento de homicidio dos años más por otros tantos delitos de violencia de género, episodios en los que el ya condenado por maltrato la golpeó en la cabeza, la agarró del pelo, e incluso en un de ellos llegó a agarrarle tan fuertemente del cuello que la mujer temió por su vida.

El acusado justificó la última agresión con que "me volví loco, se me fue la cabeza. Se entregó a la policía, "he sido yo", y les tendió las muñecas para que le colocaran las esposas. Una conducta que su abogado, que pide 3 años de cárcel por lesiones, intenta que le sirva de atenuante, ya que, aunque abandonó el domicilio, regresa para admitir los hechos.

El fiscal, sin embargo, pidió al Tribunal que fuera implacable ante "una conducta superagresiva con esta mujer, con otras ya ha sido juzgado", remarcó que "ni cuando puede reflexionar llama la Policía, la sigue pegando, le da el teléfono para que llame ella, "mientras te voy matando", le dice, tiene voluntad de matar. La fortuna quiso que las lesiones fueran graves".

El abogado de la mujer exige la misma pena que el fiscal por el intento de homicidio y 10 años de alejamiento a 5 kilómetros de la víctima y una indemnización de 12.000 euros.

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