Incestigación

La tragedia de Oviedo: cronología de la inexplicable muerte de las gemelas rusas de 12 años

La Policía descarta la participación de terceras personas en el fallecimiento de Alexandra y Anastasia, dos niñas muy integradas y buenas estudiantes, e investiga si una incitó a la otra a suicidarse

En imágenes: Conmoción en el ovetense barrio de La Ería por la muerte de dos gemelas de 12 años

En imágenes: Conmoción en el ovetense barrio de La Ería por la muerte de dos gemelas de 12 años / IRMA COLLÍN

Chus Neira

Los gritos de Igor Zuev despertaron ayer por la mañana a varios vecinos de la parte alta de la calle Facetos y Alejandro Casona. Eran las nueve y cuarto y los alaridos desgarrados de este padre al descubrir que acababa de perder a sus dos hijas atravesaron las ventanas y anunciaron la llegada de la peor de las tragedias al barrio ovetense de La Ería. Alexandra y Anastasia, dos gemelas rusas de doce años, dos niñas muy integradas en su colegio, buenas estudiantes y con educación modélica, se habían lanzado desde la ventana del rellano del sexto piso de su edificio y habían muerto al momento. La Policía descartó muy pronto la participación de terceras personas aunque se sabe poco de las circunstancias en torno a la tragedia de Alexandra y Anastasia y se investiga si una incitó a la otra a suicidarse. Su muerte ha golpeado con fuerza a la ciudad, que ha decretado dos días de luto y suspendido los actos principales de las fiestas de La Ascensión.

"No pueden ser ellas". Esa fue la frase más repetida durante todo el día en el colegio y entre el pequeño círculo de amistades de sus padres, Igor y Olga.

La familia vino de Rusia hace unos cinco años y encontró en Asturias un refugio a los problemas políticos de su país. El padre, de hecho, hace gala en las redes sociales de su activismo en favor de los opositores a Putin y es conocido dentro de la comunidad ucraniana asturiana como uno de esos pocos rusos que apoyan todas sus manifestaciones.

El matrimonio se afincó en el barrio de La Ería. Son gente trabajadora y tienen otro niño pequeño, de diez años. Con las gemelas eran especialmente cuidadosos; padres muy pendientes de su educación, vigilantes de cada detalle, de los que piden una tutoría para comprobar que todo va bien si ven que han bajado una décima en el último examen.

En el colegio de la Ería las gemelas estaban muy integradas. "Tenían su grupo de amigas, se quedaban aquí fuera a la salida muchos días, un grupo grande, eran muy buenas estudiantes", contaba personal del centro. Nada indicaba ningún problema, aunque se realizan pesquisas para determinar un posible caso de "bullying", controlando las redes sociales de las pequeñas y su entorno escolar. Las gemelas Alexandra y Anastasia, tan idénticas que los padres les ponían un lazo para distinguirlas, a menudo vestidas igual, tenían, en principio, planes inmediatos por delante. Iban camino de acabar su último curso en el colegio y la próxima semana, el martes, había programado un viaje de fin de curso.

Por eso nadie se explica qué les llevó, ayer, a salir de casa y esconderse en las escaleras. Las niñas vivían en el número 47 de la calle Facetos, en el cuarto piso. La secuencia de hechos solo se explica suponiendo que salieron antes que su hermano pequeño, al que habría acompañado su padre hasta el centro educativo. Alexandra y Anastasia habrían permanecido mientras ocultas dos pisos más arriba, a la altura del sexto. Allí encontró la Policía después sus mochilas.

Entre las 9 y las 9.10 horas de la mañana, cuando las clases estaban a punto de empezar o ya habían empezado, incluso, abrieron la ventana y se lanzaron al vacío. Sus cuerpos se estrellaron contra un patio interior que, en realidad, forma parte de una zona de paso peatonal entre dos bloques de viviendas que conecta las calles Facetos y Alejandro Casona. Al cruzar por esa zona un hombre descubrió los cuerpos y avisó a la Policía. Algunos vecinos empezaron a ver agentes corriendo a esa hora (la comisaría de Buenavista dista apenas 400 metros de su casa). Y un poco más tarde, los gritos del padre.

Igor Zuev salió a la calle fuera de sí. Un desgarro animal recorría su cuerpo. Los vecinos, asomados a las ventanas, lo vieron ir de un lado a otro, sentarse en el suelo, levantarse, zafarse de los agentes que trataban de calmarlo, correr, dar vueltas en círculo. A la madre, apuntan otros, se la pudo ver fugazmente en la ventana en esos momentos.

Nadie entendía nada y la poca actividad en esa zona alta de Facetos –un grupo de albañiles en una obra– era pasto de todo tipo de especulaciones. Unas niñas habían muerto. ¿Quién las había tirado?

El alcalde, Alfredo Canteli, llegó pronto, acompañado del concejal de Seguridad, José Ramón Prado. No había mucha más información. Dos niñas de nacionalidad rusa halladas muertas, precipitadas desde una ventana.

Con la calle tomada por los periodistas, pasada ya más de hora y media desde el fallecimiento de las niñas, llegó la funeraria y el Alcalde habló poco, visiblemente afectado, para anunciar dos días de luto y la suspensión de las actividades musicales en las fiestas de La Ascensión. También quedaba suspendida la campaña electoral de las municipales.

Dentro del portal, el desgarro inicial del padre había dado paso a un estado de shock. Estaba de pie, con la mirada perdida. Su mujer, Olga, permanecía sentada en una silla, con la vista en el vacío, rodeados los dos por la Policía y con un equipo de psicólogos.

Pasadas las 11.00 horas, y tras la visita del Jefe Superior de Policía, Luis Carlos Espino, el inspector Pedro Aguado ejerció como portavoz y confirmó algunos datos que a esa hora todavía resultaban algo confusos. Eran dos niñas, gemelas, tenían 12 años y se descartaba la intervención de terceras personas en este "suceso trágico", como lo calificó.

A esas horas, los ecos de la noticia empezaban a llegar al colegio, también con cierta confusión y en un día, además, en que había agentes de la Policía Nacional que estaban dando unas charlas en el centro sobre acoso escolar. Fueron a buscar a unos gemelos a una clase. No eran ellos, estaban bien. Entonces se dieron cuenta de que eran Alexandra y Anastasia. Las rusas. "Dos niñas normales". "No me lo puedo creer".

Eso es lo que se empezó a escuchar por el colegio, progresivamente blindado por la policía y donde, al poco, una amiga de la familia acudió a recoger al hermano de las gemelas, un niño de diez años.

Avanzada la mañana, los padres, Igor y Olga, fueron trasladados al Hospital Universitario Central de Asturias y los cuerpos, enviados al instituto anatómico forense para realizarles la autopsia.

La Policía Nacional explicó en un comunicado que proseguía las investigaciones "para el efectivo esclarecimiento de los hechos". Según el diario El Mundo, en el registro del domicilio se encontraron en diferentes carpetas y cajones dibujos de escenas suicidas, ahorcados y muertos confeccionados por una de las menores.

La tragedia sacude el barrio de La Ería: mueren dos gemelas rusas de 12 años al tirarse desde una ventana de su edificio.

La tragedia sacude el barrio de La Ería: mueren dos gemelas rusas de 12 años al tirarse desde una ventana de su edificio.

Suscríbete para seguir leyendo

TEMAS