Absuelto el acosador de la ilustradora Paula Bonet por sufrir un trastorno

La artista y escritora Paula Bonet. / FERNANDO BUSTAMANTE

La artista y escritora Paula Bonet. / FERNANDO BUSTAMANTE

La Audiencia de Barcelona acordó en marzo anular la sentencia la sentencia contra el acosador de la ilustradora y escritora Paula Bonet, Victor G. T., al que se le impuso, pero como "medida de seguridad", un máximo tres años y tres meses internado en un psiquiátrico porque sufre un enfermedad mental. El tribunal ordenó a la jueza de lo penal que redactara una nueva resolución porque la primera no estaba suficientemente motivada. La togada ha dictado ahora el fallo judicial y ha absuelto al imputado, al considerar probado que no es responsable penalmente debido a que padece un trastorno "erotomanía". Es decir, se no puede ser condenado a una pena de cárcel, como reclamaba la fiscalía, sino únicamente se le puede imponer la medida de seguridad.

Alteración psíquica

En una sentencia, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, la titular del Juzgado de lo Penal número 10 de Barcelona absuelve al procesado de los delitos de acoso, amenazas y quebrantamiento de condena, al aplicarle la eximente de alteración psíquica, pero le prohíbe acercarse a menos de 500 metros de la víctima durante 10 años y la aplicación de la libertad vigilada de obligación de someterse a tratamiento externo durante un año. El acusado también deberá indemnizar a la ilustradora con 3.940 euros. La medida de seguridad impuesta es la establecida en el Código Penal para los casos de trastorno mental completo. La fiscalía reclamaba tres años de prisión.

La nueva sentencia recoge la tesis de la defensa, ejercida por el abogado defensor Sergi Mercè, que acreditó que el acusado sufre una trastorno "erótico-maniático" y sostuvo durante todo el proceso que esta situación "condicionaba por completo su voluntad", por lo que debe ser controlado mediante tratamiento y medicación". De ahí que la nueva sentencia fije que el imputado habrá de seguir tratamiento en un centro psiquiátrico adecuado a su trastorno, pero por un tiempo máximo, por los que, según su letrado, no tiene porque agotarlo, sino prologarse únicamente durante el tiempo necesario para el tratamiento.

En una realidad paralela

La jueza de lo penal sostiene que Víctor G.T sufría en la época en que sometió a acosa a Paula Bonet "un trastorno patológico, una enfermedad mental diagnosticada como delirio erotomanía capsulado, que condiciona por completo su voluntad", como argumento la defensa. Se trata de un trastorno mental inusual basado en los delirios del paciente al creer que otra persona está enamorada de él. Según la magistrada, el acusado "vivía una realidad paralela que invadía su pensamiento y su comportamiento, hasta límites irracionales, imposibilitándola para actuar de acuerdo a la con una compresión normal". Y destaca que "esta enfermedad no tiene cura y puede encontrarse controlada mediante el oportuno tratamiento y medicación".

La obsesión

La sentencia declara probado que en julio del 2019, Víctor G. T. "se intereso" por Paula Bonet, "pese a no haber mantenido ningún tipo de relación previa", y comenzó a "imponer su presencia y buscar su proximidad" acudiendo al local en el que desarrollaba su trabajo, sito en Nou de La Rambla. A finales de ese mes, acudió al taller en el que la artista impartía un curso en Barcelona y se coló en él al ser confundido por un alumno. En el interior, el acusado se presentó y verbalizó "su interés por ella". Ante ello, la víctima actuó con cautela y le invitó a marcharse, pero de "forma súbita" el imputado la abrazó. Después, la artista le acompañó hasta la puerta.

No obstante, Víctor G. T. regresó al taller en diversas ocasiones, reiterando tanto ante ella como a sus alumnas y empleadas su interés en conocerla y hablar con ella, pese a las múltiples negativas de Bonet, que debutó en la novela en 2021 con 'La anguila', obra con abundante autobiografía en la que hay episodios de abusos y hasta una violación. En una ocasión, el acusado llegó a pegar los labios y manos al cristal, golpeándolo con insistencia. También buscó la "proximidad" en eventos y actos públicos.

Tras las restricciones por la pandemia del covid, dejó en la entrada del local un bloc de notas con poemas y una bolsa de quesitos, otra vez un sobre que llevaba escrito el nombre de Víctor y la expresión "el violador" y en una tercera un ramo de flores seco. Además, le envió mensajes a través de Twitter en los que llegó a amenazarla con estrangularla y descuartizarla. A causa de estas acciones, Paula Bonet "vio alteada no solo su estabilidad emocional, sino su actividad laboral" como la realización de talleres y anuló algunos eventos públicos. Paula Bonet está retirada de la vida pública.

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