RECONSTRUCCIÓN DE LOS HECHOS

Mánchester-Mijas, un viaje de diez días para liquidar a un rival

Los dos acusados, que fueron detenidos en mayo de 2020 y han pasado casi tres años en prisión provisional, han salido de la cárcel recientemente tras pagar una fianza de 20.000 euros

Uno de los sospechos fue detenido en Murcia seis meses después del asesinato.

Uno de los sospechos fue detenido en Murcia seis meses después del asesinato.

Los dos británicos acusados de asesinar a tiros a un compatriota en Mijas en noviembre de 2019 viajaron a España expresamente desde Mánchester para liquidar a Peter A. Williamson. Así lo expone la Fiscalía, que pide 20 años para cada uno por el asesinato, otros dos por tenencia ilícita de armas y una indemnización de 150.000 euros para la viuda y el hijo del fallecido. La investigación concluye que el crimen se cometió por la rivalidad entre dos bandas vinculadas al narcotráfico en la ciudad de Sanford, de donde son originarios los investigados y la víctima. Esa tensión se trasladó hasta la Costa del Sol, donde ambas organizaciones tenían intereses. Como ya adelantara La Opinión, los acusados han quedado recientemente en libertad tras pagar una fianza de 20.000 euros cada uno y sumar casi tres años en prisión provisional.

El escrito de acusación del Ministerio Público, basado en la investigación de la Guardia Civil, resume un periplo cuyo inicio se sitúa en torno al 11 de noviembre de aquel año, día en el que llegaron a Barcelona procedentes de Reino Unido. Dos días después, Edward, de 39 años, alquiló un Opel Corsa en la localidad de Villanueva y Geltrú con el que él y su compañero Aaron, de 25 años, pusieron rumbo a la Costa del Sol, aunque antes hicieron una escala en Alicante, donde los agentes consiguieron imágenes de los sospechosos en el hotel en el que se alojaron. Durante un par de días visitaron varias poblaciones del Levante y el día 15, al borde de la medianoche, llegaron a Mijas. Siempre según el relato del fiscal, aparcaron el coche en la avenida del Sol y se alojaron varios días en una vivienda ubicada en la urbanización Riviera de Sol, donde residía la víctima. La Guardia Civil también consiguió imágenes de Aaron en un hotel de la capital y en el aeropuerto de Málaga.

El escrito de acusación considera acreditado que esos días realizaron recorridos y visitas a distintos puntos del municipio mijeño, incluido el domicilio de la víctima, en la calle Orfebres, «con el claro interés de ultimar los preparativos necesarios para acabar con su vida» y proveerse del arma utilizada en el crimen. El acecho sobre la víctima se intensificó a partir de la madrugada del día 20. Sobre las 3.50 horas, pasaron por la calle de su objetivo en un «último reconocimiento» de la zona y comprobar las medidas de seguridad que pidiera tener la vivienda de Peter. El 21, el día del crimen, la investigación establece que ambos llegaron a las 14.43 horas a la avenida Polaris, cerca del gimnasio en el que la víctima estaba en ese momento, ya que su Audi S5 estaba aparcado en las inmediaciones. Esperaron que saliera del establecimiento (14.58 horas) y se dirigieron a la avenida del Sol para aparcar el vehículo. El escrito añade que luego esperaron en las proximidades de la calle Orfebres a que llegara la víctima con la información que les iban facilitando otras personas que no han podido ser identificadas. Cuando Peter terminaba de aparcar junto a su casa, y mientras Edward esperaba en un coche que tampoco ha podido ser reconocido para facilitar una rápida huida, Aaron se acercó a su objetivo a pie por el lado derecho del coche y presuntamente le disparó numerosas veces a través de la ventanilla antes de volver con su compañero y huir. Peter recibió ocho balazos del calibre 9 mm en tórax y extremidades, el más grave en el hemotórax derecho de la cavidad torácica que le provocó una muerte rápida. El arma no ha sido hallada.

En mayo de 2020, la Guardia Civil anunció la detención de los sospechosos. Uno de ellos se estuvo desplazando durante cinco meses por distintos países europeos y sudamericanos. Ya con el estado de alarma decretado, regresó a España y se instaló en una vivienda de una pedanía de Murcia utilizada para preparar envíos de marihuana a su país. Los agentes intervinieron en el inmueble algo más de 20 kilos de esta sustancia. El segundo fue detenido en Reino Unido y enviado a prisión por otros delitos anteriores cometidos en su país, hecho que facilitó su posterior extradición a España.

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