Investigación en marcha

Estas son las investigadoras que han detenido a Dani Alves

La Unitat Central de Agressions Sexuals (UCAS) de los Mossos d'Esquadra está compuesta en un 70% por mujeres y ha resuelto casos especialmente complejos

El vehículo policial en el que Dani Alves ingresó en prisión.

El vehículo policial en el que Dani Alves ingresó en prisión. / EFE

Guillem Sánchez

La responsabilidad de investigar la denuncia por violación presentada contra el futbolista Dani Alves la asumió desde el principio un grupo de los Mossos d'Esquadra especializado en la lucha contra la violencia sexual. La Unitat Central d’Agressions Sexuals (UCAS) está liderada por una mujer e integrada también por mujeres en un 70%. Creada a principios de 2020, ha tenido que acostumbrarse a trabajar con el foco mediático en la nuca y la presión social sobre los hombros desde el comienzo.

Integrada por 36 agentes 22 de los cuales eran mujeres, se especializó en todas las agresiones sexuales que cometen autores desconocidos, o que actúan en serie, o que han violado en grupo. Pero también han asumido los casos que, sin entrar en esas tres categorías, adquieren especial relevancia o generan más inquietud social. Así, en estos casi tres años de operatividad, sus investigadoras son las que resolvieron el caso del violador del chaleco, un acosador serial que agredió sexualmente a nueve mujeres en Sant Cugat del Vallès en 2021, o las que encontraron en abril de 2022 al responsable de la violación de Igualada, que atacó brutalmente a una menor de edad que salía de la discoteca tras seis meses de trabajo inmersas en un clima de indignación generalizado por la gravedad de los hechos. Actualmente, y en paralelo al caso de Alves, la UCAS ha asumido, por ejemplo, también la instrucción de las dos denuncias presentadas contra el periodista Saül Gordillo.

Las cosas cambian

Nadie sabe qué llevó a Alves, el futbolista con más títulos de la historia de ese deporte, a enviar un vídeo a la televisión, una semana después de la presunta violación perpetrada en la discoteca Sutton, en el que daba una versión de lo sucedido que no sostenía una mínima comprobación de los hechos

Quizá Alves se fio de los rumores que se habían hecho públicos hasta entonces que, erróneamente, referían que la víctima había denunciado unos supuestos tocamientos perpetrados durante unos pocos segundos en el interior del baño. Quizá por eso en el vídeo que difundió en 'Y ahora Sonsoles', de Antena 3, Alves afirma que la joven de 23 años, cuya denuncia lo mantiene entre rejas desde este pasado viernes, mentía y mantuvo que cuando "uno elige ir al baño" no tiene "que preguntar quién está en el baño para poder ir al baño", dando a entender que había abierto la puerta y se había encontrado accidentalmente con la víctima en el lavabo. Quizá Alves pensó que, como ha ocurrido en el pasado, nadie se tomaría la molestia de investigar la denuncia de la víctima seriamente si él decía públicamente lo que dijo. Quizá creyó que era intocable. Pero las cosas están cambiando. 

La propia discoteca en la que Alves recibe un trato diferencial por ser quién es –acceso a la sala vip y camareros dispuestos a complacerlo y de insistir a las mujeres de su elección para que se reúnan con él en su rincón de ricos, así sucedió la noche del 30 de diciembre– atendió a la víctima desde el principio. Los trabajadores se acercaron al verla llorar, el responsable acudió a escucharla y se avisó a los Mossos

La mujer fue atendida en el Hospital Clínic de Barcelona, centro de referencia para las víctimas de agresiones sexuales. Allí se tomó nota de las heridas de poca gravedad que presentaba en las rodillas, compatibles con el forcejeo denunciado. Y también se extrajeron restos biológicos de su cuerpo. Paralelamente, los Mossos arrancaron una investigación que asumió la UCAS. El baño de la discoteca Sutton, del que se han obtenido también muestras biológicas, fue inspeccionado en colaboración con los responsables del establecimiento de ocio nocturno.

Mujeres atendidas por mujeres

Diariamente se denuncian una media de algo más de dos agresiones sexuales en Cataluña, según los datos del cuerpo autonómico. La inmensa mayoría de estos delitos los sufren mujeres y los cometen siempre hombres. Debido a que los organismos policiales han sido históricamente lugares de hombres y que los puestos de investigador son plazas deseadas a las que se accede tras algunos años de experiencia, lo que acababa pasando casi siempre es que mujeres atacadas por hombres tenían que ponerse en manos de hombres para recibir justicia. Los responsables de los Mossos creyeron que tal vez sería menos complicado para las víctimas abrirse y declarar ante un policía que también fuera mujer. 

La unidad, que cumplirá tres años en activo, ha surgido tras un proceso de selección que ha priorizó contar con buenas investigadoras más que hacerlo con buenos investigadores. El resultado es una proporción de género que es una anomalía dentro de un cuerpo policial que, como cualquier otra fuerza de seguridad, todavía anda lejos de alcanzar la paridad: por cada mujer hay tres hombres en los Mossos. En la UCAS, por el contrario, la cifra de mujeres dobla la de los hombres. 

Víctima en el centro

Una de sus responsables directas de la UCAS, en una entrevista con El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, subrayaba que para este grupo era tan importante resolver los crímenes como hacerlo sin revictimizar a las denunciantes con un proceso de búsqueda que echara sal a las heridas. 

Para demostrarlo explicaba el caso de una mujer que requirió tres sesiones distintas para terminar su declaración. Al recordar la agresión padecida, se rompía y las investigadoras tenían que detener las preguntas, recoger y regresar otro día. Regresar otro día porque otra de las normas de la UCAS es que sus integrantes tratan de ahorrar el trámite a las víctimas de desplazarse a la comisaría y toman declaración de la denuncia donde les resulte más cómodo a las víctimas. 

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