Un individuo, murciano de 84 años de edad, ha sido condenado a pasar una docena de años entre rejas por abusar de su nieta desde que la niña tenía 6 años y hasta que cumplió 14, cuando la víctima contó en el instituto lo que le estaba haciendo su abuelo.

Los abusos tenían lugar tanto en la casa del abuelo como en la de una tía de la víctima. Tal y como se lee en el relato de hechos probados de la sentencia, el sujeto primero "se tendía en la cama junto a su nieta y comenzaba a acariciarla". Los tocamientos fueron a más y el adulto acabó sometiendo a la menor a una serie de vejaciones sexuales que dieron lugar a que actualmente, aunque la víctima tiene ya 19 años, siga en tratamiento psicológico y psiquiátrico.  

A los 14 años, la chica contó a su tutora que su abuelo la tocaba. La docente lo puso en conocimiento de los progenitores de la víctima y ellos lo que hicieron fue "cortar toda relación entre la menor y su abuelo paterno, salvo en ocasiones muy señaladas en que debían de acudir con la menor a la casa de sus abuelos, porque su abuela estaba muy delicada de salud, y la iban a visitar". 

Desde entonces, la adolescente nunca volvió a quedarse a solas con su atacante, aunque aún no había denuncia. Al curso siguiente, con ocasión de una charla sobre abusos sexuales a menores en el centro educativo, la joven "se derrumbó psicológicamente y, absolutamente agobiada, le contó a su entonces tutor lo que le sucedía con su abuelo paterno". Entonces se puso en marcha un protocolo que llevo a que el padre de la menor, ya inmediatamente y al día después de hablar con esos responsables del colegio, formulase la oportuna denuncia que dio lugar al proceso judicial. 

40.000 euros de indemnización

La Audiencia Provincial de Murcia condenó al octogenario a 12 años de cárcel por un delito continuado de abusos sexuales contra menor de dieciséis años, con introducción vaginal de miembros corporales. Tendrá que indemnizar a la víctima con 40.000 euros por los daños morales causados y no podrá aproximarse a menos de 500 metros de la joven durante una década. El sujeto recurrió la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia, y lo hizo poniendo en duda el testimonio de la víctima: él dice que es mentira y que responde a una venganza

El TSJ, al rechazar su recurso, pone el acento en la "credibilidad" del testimonio de la víctima, que fue "firme y segura, sin contradicciones ni incongruencias" durante la vista oral. "La Audiencia pudo constatar, bajo el innegable beneficio de la inmediación judicial, que la declaración de la víctima en el plenario impresionó por su credibilidad, con lógica interna, congruencia y seguridad, sin que se atisbe la mínima confabulación en contra del acusado por parte de la familia materna de la menor", detalla el documento.