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Incendio

"El niño, ¿dónde está el niño?": así fue el heroico rescate de una familia en el incendio en Asturias

"Nos cayó el techo justo delante", relatan los agentes de la Guardia Civil que intervinieron el domingo en una vivienda atestada de humo por el fuego iniciado en un colchón

El sargento Aitor Suárez y el guardia José Ramón Camoria inspeccionan el interior de la casa que ardió. Guardia Civil

El sargento de la Guardia Civil Aitor Suárez Villar, del puesto de Muros del Nalón –adscrito a la Compañía de Pravia de la Comandancia de Oviedo–, admite que el servicio que realizó este domingo en Pravia fue sin duda "el más apurado" de su carrera en el cuerpo. No es para menos. Junto a los guardias José Ramón Camoira Martín y Adrián Riera Peñín, salvó la vida a una familia de cuatro miembros atrapada en una vivienda de la calle Suárez de Pazos de Pravia (Asturias), cerca de la estación de tren. "Pintaba muy mal, pero al final salió bien y no hubo que lamentar ninguna víctima", añade este sargento, ovetense de 34 años, que este viernes inició unas merecidas vacaciones, tras el heroico rescate que protagonizó con sus compañeros.

No pasó nada, pero faltó poco. "Este domingo, sobre las siete de la tarde, estábamos en el dispositivo del Xiringüelu, en la estación de Feve. Entonces llegaron unos vecinos para decirnos que había un incendio en una casa", relata el sargento. Cuando llegaron, ordenaron la evacuación del edificio. De una de las viviendas salieron rápidamente tres adultos, dos menores y un perro.

Pero del interior de la vivienda en la que se había iniciado el fuego no salía nadie. "Escuchamos los gritos de las personas que había dentro. La puerta estaba cerrada y entonces empezamos a golpearla para abrirla", añade Suárez Villar. Les costó abrirla. Tuvieron que dar varios empujones y patadas para que finalmente cediese sobre sus goznes.

Nada más abrir la puerta les vino una bocanada de humo negro. "No se veía nada. Los ocupantes no habían podido encontrar siquiera la entrada. Subimos la escalera del hall de la vivienda y doblamos hacia el pasillo. En ese momento, cayó delante de nosotros parte del techo. No nos alcanzó de milagro, tuvimos mucha suerte", continúa.

Fue entonces cuando encontraron al hombre más mayor, que "no se atrevía a salir", petrificado. También encontraron a una mujer, que no dejaba de chillar desesperada: "El niño, el niño, ¿dónde está el niño?". El agente siguió buscando y fue cuando encontró al menor, de cuatro años, llorando desconsoladamente. "El pobre no encontraba la salida", asegura.

Al final pudieron sacar a los cuatro miembros de la familia: dos hombres mayores, la mujer y su hijo. "Quedaron en ‘shock’, no eran capaces de articular palabra tras la experiencia que habían vivido. No habían sido capaces de encontrar la salida de la vivienda ni de apagar el fuego por sus propios medios", explica el sargento.

Las llamas, indicó, se iniciaron en un colchón. En la vivienda había numerosos enseres, lo que contribuyó a la virulencia del fuego. Se investiga si un cigarrillo pudo activar las llamas. La Guardia Civil ha abierto diligencias para esclarecer los hechos.

"Una situación así, con una casa ardiendo y personas atrapadas en el interior, nunca la había vivido. La verdad es que agobia bastante, sobre todo por la desesperación de las víctimas", indica el sargento. En ese tipo de situaciones, indica, conviene mantener la cabeza fría: "Si alguien se ve rodeado por el humo, lo esencial es dirigirse hacia la salida más cercana, agachándose para tragar el menos humo posible, porque éste tiende a ascender". Los agentes actuaron con toda la determinación y serenidad y evitaron que se produjesen víctimas.

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