Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona han detenido este 2022 a 109 ladrones reincidentes en 800 ocasiones por la comisión de 1.700 delitos, sobre todo, hurtos y robos con violencia e intimidación. Cinco de ellos, además, encabezan de forma destacada este listado. Dos de estos cinco, subrayan fuentes policiales, ya han entrado en prisión.

El perfil de estos ladrones tan reincidentes se corresponde con el de hombres jóvenes, que cometen tanto hurtos como robos violentos. En realidad, ha subrayado la comisaria de Barcelona, Marta Fernández, por su falta de pericia, a menudo los hurtos terminan convirtiéndose en robos con violencia. A pesar de la fuerte afectación que tienen sobre la percepción de seguridad ciudadana, solo un 2% de los robos violentos que cometen estos delincuentes acaban provocando lesiones en las víctimas. En un 75% de los asaltos, que casi siempre sufren turistas, no usan ningún tipo de arma. Y en más de un 50% de los delitos actúan solos, no en manada.

Los relojes, cuya sustracción violenta ha dejado imágenes que comienzan a ser conocidas en la ciudad –la de jóvenes arrancando por la fuerza relojes de la muñeca de los turistas–, significan solo un 7% de los delitos que comete este grupo. Su pieza predilecta, sin embargo, es el teléfono móvil, artilugio que les ocupa en la mitad de los casos.

La delincuencia se despereza

Este jueves al mediodía la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, han presidido la anual junta de seguridad local de Barcelona. Colau ha celebrado la plena y total reactivación de Barcelona, que vuelve a estar llena de vida, de festivales y de congresos internacionales y registra un crecida de empleo. Un efecto secundario de este crecimiento, sin embargo, es la recuperación de la actividad delincuencial en paralelo a la económica.

El 'conseller' Elena, por su parte, ha defendido que si se comparan los periodos de enero a mayo de 2022 con los mismos meses de 2019, cuando en Barcelona se vivió el año más negro en cuanto datos delincuenciales, el descenso es del 23%. Preguntado acerca de cómo aguanta esa comparativa con años anteriores a 2019, cuando la ciudad estaba tan normalizada como ahora y no se registraban récords negativos, ha explicado que son cifras similares a las de años como el 2017.

La alcaldesa Ada Colau y el 'conseller' Elena afirman que la ciudad está preparada para un verano con tanto turismo como antes de la pandemia

Los Mossos incrementaran en un 9% la plantilla disponible este verano para la ciudad de Barcelona y la Guardia Urbana crecerá en un porcentaje algo superior. La policía autonómica, además, mantendrá activadas unidades de antidisturbios durante toda la noche. Colau ha celebrado la buena coordinación existente entre ambas instituciones, a diferencia de épocas anteriores, ha subrayado, en alusión no explícita posiblemente al 'conseller' d'Interior, Miquel Buch, que le negó públicamente en una junta como la de este jueves los refuerzos que la alcaldesa le solicitó. En 2019, ha subrayado Colau, la dotación de los Mossos en la ciudad era una "infradotación". "Estamos preparados para este verano", han prometido tanto Elena como Colau.

Más agresiones sexuales y abusos sexuales

"Cuando participé en la primera junta de seguridad local, en 2015, todo eran hombres y los delitos sexuales no formaban parte de los datos que se abordaban en la junta de seguridad local. Solicité que se incorporaran y ahora es algo habitual", se ha reivindicado Colau. Los datos que este 7 de julio han presentado acerca de los ataques contra la libertad sexual de las personas no son buenos: han aumentado las denuncias por agresiones sexuales en un 31% y las denuncias por abusos sexuales, un 11%. Además, las denuncias por maltrato en el hogar se han disparado en un 66%. Estos porcentajes también han sido tomados en relación con el 2019, año prepandémico. Tanto Colau como Elena han subrayado que la lucha contra la violencia que sufren las mujeres es una prioridad tanto del Ayuntamiento como del Govern.

Las previsiones turísticas son que este verano se alcance una densidad como la anterior a la pandemia. Esta recuperación coincidirá con una forma de ocupar el espacio público que todavía se arrastra de los meses de restricciones –con fiestas o botellones–. Pero esto último es un problema de convivencia más que de seguridad, aunque Colau ha razonado que les preocupa porque incide notablemente en la percepción de seguridad del ciudadano.