La Guardia Civil ha detenido en una finca de Humanes a un empresario, Luis Miguel V. F., que sacrificaba a perros y gatos para vender su sangre a clínicas veterinarias y hospitales. En la operación, denominada Elton, se han liberado a 240 animales, principalmente galgos, conejos y gatos que se encontraban en pésimas condiciones. Además, ha sido detenida otra persona, de nacionalidad marroquí, que era el encargado de las instalaciones. Según las investigaciones, este vampiro canino pudo dar muerte a cerca de medio millar de animales.

El empresario arrestado recibía animales entregados tanto por propietarios que no deseaban continuar cuidando de ellos como por protectoras que delegaban su cargo. Luis Miguel figuraba como administrador único de la mercantil Centro de Transfusiones Veterinario S.L. y como presidente de la Asociación de Hematología y Homeopatía Animal, encargada de la certificación de los laboratorios de hematología y de los bancos de sangre de los asociados.

Según los investigadores, carecía de cualquier tipo de titulación y para obtener mayores cantidades de fluido pinchaba a los animales directamente sobre el ventrículo izquierdo del corazón, provocándoles la muerte por shock hipovolémico.

La Fiscalía de Medio Ambiente de Móstoles-Fuenlabrada ha presentado una querella contra el empresario por las prácticas "dolorosas y crueles" contra los animales.

Los cadáveres eran congelados y posteriormente incinerados en un crematorio de Yuncos (Toledo), donde, entre los meses de abril y mayo de 2022, la Fiscalía ha contabilizado 60 cuerpos cuya muerte se debe a la extracción de sangre: 27 perros, 29 gatos, tres conejos y un hurón.

En la finca de Humanes los agentes del Puesto de la Guardia Civil de Arroyomolinos encontraron el laboratorio en el que se realizaban las extracciones, donde se incautaron numerosas bolsas de plasma listas para su distribución.

Bolsas de sangre que comercializaba el detenido a través de una página web.

El propósito de estas prácticas, según el Ministerio Público, era vender la sangre principalmente a clínicas veterinarias de la Comunidad de Madrid, a un precio de 80 euros por 400 mililitros en el caso de los perros, y 85 euros por 40 mililitros si se trataba de sangre de gato.

Como la demanda fue en aumento, destaca la Fiscalía, llegó a ofrecer sus servicios de hemoterapia a toda España y a otros países europeos como Italia, Bélgica, Francia y Portugal.

Durante la investigación, se confirmó que el querellado figuraba como administrador único de la mercantil Centro de Transfusiones Veterinario que fue inaugurado en 2006 con el objeto de producir concentrados de hematíes y plasma que hasta entonces solo se podía hacer en el Banco de Sangre, pero limitado a la posibilidad de hacerlo con sangre entera y bajo la tutela de la Comunidad de Madrid.

El empresario también promocionaba el centro en una página web y se presentaba como un referente en la comercialización de sangre animal, aunque no consta registro, ni autorizaciones, ni licencias a nombre dicha mercantil, por lo que durante años desempeñó su actividad "en la más absoluta clandestinidad".

RAZA DONANTE UNIVERSAL

Para obtener la sangre de los animales y después comercializarla, el querellado disponía de las instalaciones en Humanes donde alberga numerosos animales. Sobre todo tenía galgos jóvenes, al ser una raza donante universal, a los que sometía de forma reiterada mediante el uso de métodos prohibidos. Este tipo de prácticas ocasionaban a los animales, según se afirma en la querella, "un sufrimiento y padecimiento innecesarios", ya que en la práctica supone aplicar eutanasias "sin ningún motivo enmarcado en la legislación vigente".

La Fiscalía sostiene que entre los meses de abril y mayo de 2022 contabilizó 60 animales que, después de las necropsias y periciales practicadas, se llegó a la conclusión de que su muerte no se produjo por un proceso biológico natural de enfermedad, "sino al ser exanguinados".

Respecto a los fármacos eutanásicos, la Fiscalía advierte de que sólo pueden ser dispensados en farmacias y agrupaciones ganaderas previamente autorizadas y supervisadas por sus farmacias proveedoras, y adquiridos por veterinarios que lo pidan.

Además, recuerda que la veterinaria es una profesión regulada y que para poder ejercerla, es necesario estar en posesión del Título Oficial de Licenciado o de Grado en Veterinaria, un reconocimiento académico que no estaba en poder del querellado, y pertenecer al correspondiente Colegio Profesional.

Ya por último hace hincapié en que la competencia para eutanasiar animales, la identificación animal y la vacunación de la rabia son de reserva veterinaria, "siendo los únicos competentes para su realización los veterinarios".

En 11 protectoras

Todos esos galgos, gatos y conejos están ahora a cargo de 11 protectoras (FAPAMANAAALBAACUNR, RIVANIMAL, SPAPANIMAL RESCUEAXLA, APAP ALCALÁ, PROA Y EL CICAM)que se van a personar de manera conjunta como acusación particular en este caso tan atroz. Tras serles solicitada su ayuda con urgencia y pese a tener sus propios centros saturados, las asociaciones han colaborado trasladando los animales a sus Centros de Adopción y casas de acogida. Al inicio del operativo se encontraron varios animales gravemente heridos que tuvieron que ser trasladado de urgencia a clínicas veterinarias. Uno de los galgos falleció a las pocas horas ya que debido al hacinamiento y las pésimas condiciones, sufrió una grave agresión con heridas de muerte.

Los animales se encontraban en pésimas condiciones higiénico sanitarias, en instalaciones de ganadería que no cumplían lo más mínimo las necesidades acordes a su especie, todos con heridas, algunas de consideración.