"Me tienen retenida, mamá". Poco después la llamada se cortó. Adela San Ceferino se quedó de piedra. Su hija mediana, Adela Bercianos, que meses antes se había ido de casa, la llamó por teléfono llorando el día de Año Nuevo de 1995. Ese mensaje es lo último que tiene, no la volvió a ver.