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José Carlos Guerra/Carlos Novella
Ver galería >«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
José Carlos Guerra
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
Carlos Novella
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
Carlos Novella
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
Carlos Novella
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
Carlos Novella
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
Carlos Novella
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
Carlos Novella
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
Carlos Novella
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
Carlos Novella
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
Carlos Novella
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
Carlos Novella
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
Carlos Novella
«Todo fue muy rápido», asegura Ana María Londoño, de 29 años, tras dar a luz a su tercera hija el lunes 9 de mayo en una farmacia del barrio de Escaleritas, en Las Palmas de Gran Canaria. Eran las nueve de la mañana cuando ella junto a sus otros dos hijos, Daniel de 7 y Valentina de 5, acababan de bajarse de un taxi para ir al Colegio San Isidoro. Sin tiempo para reaccionar, Ana María rompió aguas y pidió ayuda en plena calle Párroco González.
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