La magistrada del juzgado número 2 de Oviedo, encargado de la instrucción del crimen del rellano el, el asesinato presuntamente a puñaladas de Erika Yunga, de 14 años, por el vecino de su edificio de Oviedo Igor Postolache, levantó hoy el secreto sobre las diligencias por lo que a partir de ahora la investigación continuará con la declaración de los testigos en sede judicial, según han informado este lunes fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).

La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Oviedo decretó el secreto de las actuaciones el pasado día 5, cuando fue hallado el cadáver de la adolescente en el piso del moldavo Igor Postolache, de 31 años, en la primera planta del edificio donde ambos residían, en el inmueble número 69 de la calle Vázquez de Mella.

A través de un auto, la jueza acordó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de Postolache e inicialmente le atribuía su presunta autoría en un delito de asesinato y otro de agresión sexual en grado de tentativa, si bien esta calificación puede variar a lo largo de la instrucción de la causa.

El mismo día del crimen, Postolache fue trasladado al HUCA, donde fue atendido de la veintena de lesiones que él mismo se infligió con la misma arma blanca presuntamente utilizada para apuñalar a la menor y en este centro hospitalario se negó a prestar declaración.

La jueza dictó el auto que recogía expresamente que una vez que recibiera el alta hospitalaria se haría efectiva la orden de prisión provisional ante la existencia de riesgo de fuga, de destrucción de pruebas y de reiteración delictiva y el pasado día 12, una vez que abandonó el centro sanitario, fue conducido al módulo de Enfermería del Centro Penitenciario de Asturias.

La dirección de la cárcel asturiana le aplicó el denominado protocolo antisuicidios y le asignó un preso de confianza durante los tres días que ha permanecido en el Principado, ya que el pasado viernes Instituciones Penitenciarias acordó su traslado a otro centro penitenciario del país por razones de seguridad, según han confirmado fuentes de este departamento.

Fuentes sindicales han precisado que Postolache, que continúa a disposición del juzgado asturiano, fue trasladado el mismo viernes a la prisión de Mansilla de las Mulas, en León.

El presunto asesino de Erika llevaba desde el 22 de marzo residiendo en solitario en un piso de la primera planta del número 69 de la calle Vázquez de Mella, en el barrio de Vallobín, donde la víctima, vivía con sus padres y sus hermanos en la cuarta planta.

Ese día, la menor tras salir del instituto se dirigió a su casa y llamó al telefonillo y su familia, alarmada porque no acababa de subir pidió a uno de sus hermanos que bajara a buscarla y cuando fue a ver qué pasaba se encontró en el rellano un reguero de sangre que conducía hacia el interior de un piso de la primera planta en el que residía el detenido.

La Policía accedió a la vivienda desde un patio interior y halló a la menor tendida en el suelo con varias heridas de arma blanca y también al presunto autor del crimen que se encontraba atrincherado en el baño y que acababa de autolesionarse.