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Un empresario zamorano acusado de agresión sexual a seis menores habría violado a dos de ellas

La jueza niega la libertad al investigado por la gravedad de los delitos y para que no influya en los testigos ni destruya pruebas del caso

Manifestación contra la violencia machista en Zamora. JOSE LUIS FERNANDEZ

La gravedad de los ocho delitos por los que le investigan, seis agresiones sexuales a otras tantas niñas menores de 16 años y violación a dos de ellas, mantendrá en prisión al conocido industrial zamorano, con el negocio ubicado en Villaralbo, según la información a la que ha tenido acceso LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, diario que pertenece al mismo grupo que este medio. La jueza encargada de investigar al empresario, de 50 años e iniciales P. F. R., de los delitos sexuales contra hijas de amistades o conocidos, acaba de denegar la libertad provisional como solicitaba el abogado del detenido el 18 de febrero, a quien el juez de guardia envió a Topas en apenas 24 horas.

La decisión se recoge en un auto en el que se alude a la naturaleza de los ocho delitos por los que fue denunciado: contra la libertad sexual de menores de edad. El presunto pederasta habría agredido a niñas de entre 12 y 16 años, a algunas, al parecer, en más de una ocasión, según recogerían denuncias que tramita el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de la capital. Esa grave infracción penal está tipificada en el Código Penal en el artículo 183, que dice: “el que realizare actos de carácter sexual con un menor de dieciséis años, será castigado con la pena de prisión de dos a seis años”. Es decir, por cada uno de los seis delitos que se le podrían imputar se enfrentaría a penas de cárcel recogidas en esa horquilla.

Las condenas

También tipifica ese artículo del Código Penal los dos delitos de violación por los que está siendo investigado, en concreto, fija condenas de entre ocho y doce años de reclusión en un centro penitenciario. El legislador recoge en ese texto la condena a quien haya agredido sexualmente a menores de edad “cuando el ataque consista en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos primeras vías” y especifica que para esos casos la pena oscila entre los ocho y doce años de cárcel. El industrial, de resultar procesado en esta causa, se enfrentará a penas de cárcel elevadas, apuntan fuentes judiciales.

En el mismo auto, la jueza confirma la prisión provisional comunicada y sin fianza también para impedir que el acusado pueda influir o perjudicar a testigos, así como realizar cualquier acto que pueda obstruir la acción de la Justicia, indican fuentes próximas a la investigación. La magistrada estima, por otro lado, que las circunstancias por las que el juez de guardia decidió enviarle a Topas no han variado, por lo que no ha accedido a la petición de permitirle abandonar la macroprisión, a la que llegó el 19 de febrero, es decir, lleva recluido un mes y 14 días.

En las diligencias policiales, elaboradas por el equipo de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Comisaría de Zamora se apuntaría que el hombre se habría servido de la confianza que las niñas tenían en él, como amigo de sus padres o conocido del entorno más próximo, para agredirlas sexualmente, según las denuncias de las familias, tal y como adelantó LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

Los testimonios prestados por las presuntas víctimas sobre cómo las habría vejado sexualmente y como habría violado a dos de ellas permitió a los expertos de la Comisaría de Zamora y a los llegados desde la Comisaría Central de Madrid dar absoluta credibilidad a los testimonios que acompañan a las denuncias. Los policías nacionales de la UFAM están especializados en este tipo de delitos.

Las menores tendrán que volver a declarar en el Juzgado, mientras que el industrial ya lo hizo en días pasados, sin que haya trascendido el contenido de sus declaraciones. La primera denuncia interpuesta por los padres de una de las adolescentes tuvo un efecto dominó en el resto de las presuntas víctimas, todas niñas zamoranas, que se conocen entre ellas por la amistad que une a sus progenitores, por lo que entre ellas podrían haber comentado las presuntas agresiones, si bien no se atreverían a contarlo, hasta que los padres de una de ellas conoció los hechos que ahora se investigan.

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