Un año y medio de prisión es lo que ha dictado en su sentencia el tribunal que enjuició el caso de una mujer que acuchilló diez veces a su hija de 16 años en Aldaia porque su marido estaba teniendo sexo con ella. La Fiscalía, por contra, pedía trece años por intento de asesinato pero la Audiencia Provincial de València lo ha dejado en solo ese año y medio por delito de lesiones con uso de arma. Además, la ejecución de la pena queda en suspenso, según la sentencia a la que tuvo acceso ayer Levante-EMV. La Sección Quinta de la audiencia ha tenido en cuenta diversos atenuantes que han suavizado la pena para la madre.

En el juicio, celebrado a comienzos de este mes, la madre había confesado el motivo por el que había atentado contra la vida de su hija, fruto de una relación anterior, de quien afirmó sentirse «traicionada» al igual que por su marido. El hombre fue detenido tras los hechos, que ocurrieron en 2018. Su causa por un delito contra la libertad sexual de la entonces menor, que ahora tiene 19 años, está aún en fase de instrucción. Mientras, se ha resuelto la primera de las causas de manera favorable para la madre, puesto que la pena a la que ha sido condenada es similar a la que pedía su defensa, a cargo del bufete Matilla & Blay Asociados.

Todo ello pese a la decena de puñaladas con un cuchillo de 20 centímetros de hoja que le asestó a su hija, a la que dejó semiinconsciente. La menor necesitó intervenciones quirúrgicas en el tórax, donde tenía una herida profunda, y en el cuello, a un centímetro de la yugular. La hermanastra pequeña de la agredida fue la que evitó males mayores al acudir a la escena de los hechos y esconderle el cuchillo a su madre, que amenazaba con atentar contra su propia vida. «Mi hija me faltó el respeto, me dijo que yo estaba vieja, que ya no servía como mujer, y ella era joven y sí podía satisfacer a un hombre. Reaccioné mal y perdí el control total», había dicho la condenada, que ahora tiene 37 años, en el juicio.

Aunque el tribunal ha reconocido que la «clara intención» de la mujer fue acabar con la vida de su hija, ha tenido en cuenta diversas circunstancias para la rebaja considerable de la pena que pedía el Ministerio Fiscal. Once años y medio menos. «No es de extrañar que (la acusada) se sintiera traicionada por ambos», dice literalmente la sentencia.

La hija de la condenada desistió de la acusación y no declaró, por lo que el tribunal no ha podido acreditar «la alevosía que sustenta la acusación pública», estamento que siguió adelante con el proceso penal por la gravedad de los hechos. Las atenuantes estimadas fueron la reparación parcial al llamar la madre al 112; la confesión, ya que en esa misma llamada se reconoció como autora; y el arrebato u obcecación. En esta última atenuante, la sentencia afirma que lo ocurrido fue «un delito pasional» en el que la condenada actuó bajo influencia de la «afectación emocional» por las palabras «despectivas» de su hija y por saber de las relaciones sexuales de su marido con la menor.

La agresora había denunciado con anterioridad ante la Policía que su ahora expareja abusaba sexualmente de su hija y la sentencia recuerda que fue «varias veces» a interesarse por cómo marchaba la denuncia. La hija sí manifestó querer la indemnización que le correspondiera en el juicio, y que asciende a 6.404 euros. También deberá pagar 5.058 euros a la Generalitat por los gastos médicos que generó la atención sanitaria a la víctima.