La tragedia de la violencia vicaria estremeció al pueblo de Piedra Hincada, en el municipio de Guía de Isora, hace más de ocho años. Un ciudadano natural de Cabo Verde fue detenido por la Policía Local la noche del 13 de marzo del 2013, después de que matara a puñaladas a sus suegros y a su hijo de cuatro años. Esa fue la manera que encontró José Antonio Gomes Soares de destruir a su expareja.

El motivo de este crimen atroz fue que la madre del niño quiso separarse del individuo para iniciar una nueva vida y este no aceptó la situación. Este es el trágico guión de la inmensa mayoría de los asesinatos de mujeres y sus hijos en el ámbito de la violencia machista.

El hoy condenado y su exmujer se casaron en enero del 2005. Pasadas las 20:00 horas del día de los hechos, el individuo utilizó un cuchillo de cocina de 18 centímetros de largo para empezar su cruel recorrido.

Los abuelos del pequeño trataron de protegerlo todo lo que pudieron. Y, de hecho, intentaron huir hacia la azotea, pero nada detuvo al asesino. En primer lugar, José Antonio Gomes Soares atacó al exsuegro, Dalmacio Mendoza, a quien propinó ocho puñaladas en total, tres de las cuales fueron por la espalda, a la altura del cuello. Cuando esa primera víctima estaba en el suelo, le dio otras cinco cuchilladas más. Después, el individuo se fue a buscar a su suegra, María Ángeles Bello, que se fue a esconder a la azotea con el pequeño. La citada mujer recibió una veintena de heridas de arma blanca, según el informe realizado por los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife. Todo indica que el menor vivió unos segundos de terror. Intentó refugiarse en una cocina que la familia tenía en la azotea de su vivienda. En primer lugar, lo golpeó de forma fuerte en la cara y en el cráneo. Una vez que el niño cayó al suelo, su padre se puso encima y le dio nada menos que cuarenta puñaladas.

Este ataque de violencia machista causó una gran conmoción entre los ciudadanos de Guía de Isora y de todo el Archipiélago, por la crueldad empleada por el progenitor para vengarse de su expareja. De hecho, actuó de dicha manera porque no encontró en la casa a la madre del menor de edad.

La Fiscalía consideró que José Antonio Gomes fue responsable de tres delitos de asesinato, por lo que solicitó para el mismo 65 años de prisión; 25 por la muerte del pequeño de cuatro años, así como otros 20 años por el ataque mortal a cada uno de sus exsuegros.

La destrucción emocional de la madre del niño fue tan importante que, varios años después de la tragedia, su estado mental le impidió acudir a declarar al juicio con Tribunal de Jurado que se celebró en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.

Los miembros del Tribunal Popular consideraron que Gomes Soares es culpable de tres delitos de asesinato.