El sector primario está preocupado. Canarias se encuentra a la cabeza de todo el país en el número de robos en fincas dedicadas a la agricultura y la ganadería, en proporción al número total de explotaciones, según los datos estadísticos del pasado año recabados por Union de Uniones de Agricultores y Ganaderos. La plataforma detalla que solo se esclarecieron dos de cada 10 denuncias, y solicita que se empleen más medios y hasta el uso de drones para combatir este tipo de delincuencia, así como un cambio legislativo para que la suma de hurtos se conviertan en delito, para combatir la sensación de impunidad.

Los delincuentes han puesto sus ojos en los aguacates y mangos, aprovechando su elevado precio de venta en el mercado, por su escasez. Pero también al cableado eléctrico y enseres de las labores del campo, las tuberías, llaves de agua, aspersores, material de labranza e, incluso, baterías y motores de camiones y tractores. El problema afecta a casi todos los núcleos rurales de las Islas.

En Canarias se tramitaron 387 denuncias durante el año pasado, de los que se han esclarecido 77, según el colectivo repesentado en las Islas por la organización profesional agraria Palca. Esas cifras supone la cifra más elevada si se tiene en cuenta el número de explotaciones agrarias. Es decir, existe la mayor proporción afectada.

Las estadísticas constatan el crecimiento experimentado en los últimos años, si se tiene en cuenta que los cuerpos policiales contabilizaron un total de 228 sustracciones en el año 2017. Es decir, ha subido casi un 70%. El dato es preocupanate, teniendo en cuenta que buena parte del año pasado existían restricciones de movilidad por la pandemia, aunque no afectaba a la actividad cotidiana del sector arícola y ganadero, por ser una actividad esencial. Los datos reflejan que los ladrones de la fruta siguieron haciendo de las suyas, incluso con más dedicación.

De acuerdo con los datos oficiales, durante 2020 se produjeron un total de 8.268 sustracciones en explotaciones agrícolas y ganaderas de toda España, según la plataforma del sector, lo que supone cerca de 23 robos al día durante el año de la pandemia. Unión de Uniones considera que, a pesar de que la cifra de robos se haya reducido un 14% con respecto al año anterior (en 2019 la cifra alcanzó los 9.629), «sigue siendo elevada, generando un grave perjuicio a la actividad».

Las regiones que han sufrido un mayor número de robos en términos absolutos son Andalucía (2.685), Comunidad Valenciana (1.184) y Castilla La Mancha (951).

Sin embargo, en términos relativos, es decir, los robos por número de explotaciones, las comunidades más afectadas son Canarias, Murcia, Madrid y Extremadura.

El coordinador estatal de Unión de Uniones, José Manuel de las Heras, cree que hay que aumentar los medios para combatir estos robos, para lo cual están trabajando con la Guardia Civil. Incluso, con la posibilidad de incorporar drones a las tareas. Señala que aunque el año pasado había menos movilidad, los delincuentes tenían también más libertad. También pide un cambio en la legislaciónn, porque buena parte sean catalogados de hurtos, por lo que les sale barato a los ladrones. A su juicio, deberían acumularse para llegar a ser delitos, y la justicia podría actuar con más contuencia.

Un riesgo para la salud

A veces lo que se denuncia no es el valor de lo sustraído, sino los destrozos, según José Manuel de las Heras. A esto se suma el riesgo sanitario, ya que la fruta recibe productos químicos, y solo quien los cultiva sabe los plazos que hay que darles en los tratamientos antes de la venta, para que no causen daños a la salud. Pero eso lo desconoce el ladrón. La Guardia Civil creó en Canarias en 2013 equipos contra el robo en el campo (Roca), para intentar dar respuesta a esta delincuencia.