“Manolo, tú no eres el que fue alcalde de Fermoselle y se piró con la pasta del pueblo?”. La vecina que dejó este mensaje en un amplio grupo de WhatsApp sobre el exalcalde de esa localidad, Manuel Luelmo Díez, ya fallecido, acaba de ser condenada por un delito de intromisión en el honor por el Juzgado. Deberá, no solo indemnizar con mil euros a la familia de quien fue regidor del PP desde octubre de 1992 hasta mayo de 2011, sino a pedir perdón públicamente en ese grupo de la aplicación y a publicar íntegramente la sentencia en la que se la condena.

La sentencia se produce después de que la denunciada admitiera haber cometido el delito y se aviniera a mostrar su arrepentimiento, lo que le ha evitado enfrentarse a un juicio, explica el abogado de la familia del político fallecido, Andrés Nafría Fernández, satisfecho por haber logrado que se reponga el honor del padre de su cliente.

El letrado recuerda que “el derecho a la libertad de expresión, recogido en el artículo 20.4 de la Constitución, encuentra un límite ante otro derecho fundamental como: el derecho al honor”, como ha sucedido en este caso, en el que la juez estima que se ha menoscabado el honor del expolítico.

El abogado de la familia de Luelmo incide en las declaraciones realizadas a este diario en que “no debe olvidarse que los comentarios vertidos en redes sociales o grupos de Whatsapp tienen una divulgación pública”.

Hechos falsos y ultrajantes

Precisamente esa amplia difusión es lo que “genera esa intromisión ilegítima en el honor y la propia imagen” de las personas, especialmente cuando quien lanza un mensaje en los términos en los que se ha hecho respecto de Manuel Luelmo se basa en falsedades o hechos que no son ciertos. En ese sentido, Nafría Fernández recalca que la vecina de Fermoselle utilizó un grupo de WhatsApp, en el que participaban un número importante de personas, para “manifestar hechos falsos o ultrajantes”, una conducta que tiene una repercusión directa en la imagen del exalcalde, ya que la vecina ya condenada se refiere en el mensaje a conductas “que afectan gravemente a la consideración pública de una persona, como es el caso”.

El hijo del fallecido fue quien impulsó la denuncia por estimar que la vecina de Fermoselle había divulgado "hechos falsos e inveraces que lesionan la dignidad, el honor y la propia imagen” del exregidor, que con él “manoscabando la fama y atentando contra la propia estimación”, por lo que exigía 10.000 euros y que publicara en el grupo de WhatsApp la sentencia.