José Manuel Rodríguez González, trabajador del área de Medio Ambiente del Cabildo, desapareció el 11 de abril del 2013. Era natural de El Tanque y residía en la zona de La Culata (San Juan del Reparo), en el municipio de Garachico. Cuando se le perdió el rastro, Rodríguez tenía 56 años, sufría problemas de cadera, dificultad para andar y necesitaba medicación. Sus restos fueron localizados hace alrededor de un año y el entierro se llevó acabo en la jornada del pasado martes, según adelantó Daute Digital.

Durante más de siete años, sus seres queridos no tuvieron noticia alguna sobre su paradero. A finales de mayo del 2020, un ciudadano localizó unos restos óseos en un lugar próximo al Camino Viejo de Las Cruces, en el término municipal de Garachico.

Un vecino encontró por casualidad un cráneo y varios huesos de un cuerpo humano en un lugar de difícil acceso. Debido a dichas circunstancias, fue necesario que agentes destinados en el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) de la Guardia Civil se desplazaron hasta el enclave y llevaron a cabo la recuperación de los mencionados restos.

Debido a las características del caso, miembros del Equipo Territorial de la Policía Judicial de la Guardia Civil del Puerto de la Cruz se hicieron cargo de la investigación. En principio, en el enclave no había ropa que permitiera establecer alguna hipótesis.

Los huesos fueron trasladados hasta las instalaciones del Instituto de Medicina Legal (IML) de Santa Cruz de Tenerife para llevar a cabo los análisis pertinentes con el fin de desvelar la identidad de la persona fallecida.

Casi un año después, se confirmó que los restos correspondían a José Manuel Rodríguez González, lo que se le comunicó a la familia. Y, después de los trámites oportunos, sus seres queridos pudieron darle sepultura en la jornada del pasado martes tras una ceremonia religiosa en la ermita de La Culata (San Juan del Reparo). Y a mediodía de ayer, la ong SOSDesaparecidos divulgó el cartel de José Manuel Rodríguez con el sello de que había sido localizado sin vida. En esta ocasión, después del trágico desenlace, los familiares podrán descansar.