"La madre está destrozada. No pierde la esperanza ni la confianza, pero el dolor y la angustia crecen", asegura el presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, que reconoce estar en constante contacto con la progenitora de las menores, Beatriz Zimmermann.

El dispositivo para localizar a Anna y Olivia, de 1 y 6 años de edad, respectivamente, en paradero desconocido desde el 27 de abril en Tenerife presuntamente por un secuestro por parte de su padre, continúa en marcha mientras se siguen varias líneas de investigación. Esta noche se cumplirán dos semanas desde que se dio por desaparecidas a las dos niñas junto a su padre, Tomás Gimeno. Un suceso que ha dado la vuelta al mundo y sobre el que todavía se mantienen abiertas todas las hipótesis por parte de los responsables de la investigación.

"La madre está destrozada, rota de dolor. Llevamos ya 14 días. Por supuesto no pierde la esperanza ni la confianza en la Guardia Civil, pero el dolor y la angustia crecen. Es horroroso estar en esta situación", Joaquín Amills.

No pasa un día en el que no se reciban llamadas y mensajes con supuestas pistas que son investigadas por la Guardia Civil después de que se apelase a la colaboración ciudadana.

"Las niñas tienen derecho a estar con el padre y la madre, con ambos. Todo depende de la decisión que tome Tomás", añade Amills. "Las niñas necesitan estar con su madre. Hay que ser fuerte y no perder la esperanza. He hablado con la madre de las niñas. Estamos convencidos de que el padre no va a hacer daño a las pequeñas".

"Tenemos contabilizados 19 millones de visualizaciones y difusiones de los vídeos de las niñas. Estamos hablando de una difusión única en el mundo hasta la fecha", asegura. 

La madre ha difundido vídeos de las pequeñas, de uno y seis años, con el objetivo de que tengan un gran alcance por si alguien puede encontrar pistas sobre la localización de las niñas, en paradero desconocido junto a su padre.

¿Qué ha trascendido del caso?

Todo comenzó el martes 27 de abril. Tomás Gimeno recogió a sus hijas a las cinco de la tarde, tal y como había pactado con su expareja, y aunque debía entregarlas a las nueve de la noche, nunca llegó a hacerlo. A partir de entonces se suceden una serie de llamadas en las que Gimeno advierte a Beatriz, la madre de las niñas, de que no las volverá a ver nunca más.

Beatriz denuncia los hechos ante la Guardia Civil y la tarde del miércoles aparece una embarcación propiedad de Gimeno a la deriva y vacía frente al Puertito de Güímar. Al día siguiente, con la primera luz del día se despliega un amplio dispositivo de búsqueda que halla flotando en el mar una silla de coche para bebés que pertenece a Anna, la menor de las niñas.

Las cámaras del Puerto Deportivo Marina Tenerife captan a Tomás Gimeno el día de la desaparición. Según las imágenes, llega al muelle con su coche a las nueve y media. Da varios viajes entre su vehículo y la lancha para llevar bolsos, maletas y ropa. Poco antes de las diez sale a navegar y regresa a las once y media. Compra un cargador en una gasolinera cercana, carga la batería en la garita del vigilante del muelle deportivo y a las doce y media zarpa por última vez.

Como consecuencia de la desaparición, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar incoa diligencias previas por la presunta comisión de un delito de secuestro y declara la investigación bajo secreto de sumario. La Guardia Civil también encuentra restos de sangre en el baño de Tomás Gimeno. Finalmente se comprueba que son de él.

La investigación ha llevado aparejado varios registros en la finca propiedad de Gimeno, situada en Igueste de Candelaria, donde en principio no se ha encontrado nada relevante. También se han barajado numerosas hipótesis, todas abiertas, entre ellas que pudiese haber huido en un velero con la ayuda de terceras personas.

Beatriz, por su parte, ha difundido varios vídeos de las niñas y algunos mensajes para ayudar a encontrarlas, el último el pasado semana para agradecer la convocatoria de un aplauso masivo en apoyo a la familia.