Los investigadores del caso de las niñas que desaparecieron en Tenerife hace una semana junto con su padre continúan con el rastreo de los movimientos bancarios realizados por Tomás Antonio G. y, por ahora, los que se ha detectado son compatibles con actividades empresariales.

No obstante, fuentes de la investigación han confirmado a Efe que todavía quedan algunos movimientos bancarios por analizar.

El análisis de las cuentas bancarias, que fue ordenado por el juzgado que instruye las diligencias por un presunto caso de secuestro parental, forma parte de una de las líneas de investigación que se han abierto para conocer el paradero de Tomás y de sus dos hijas de 6 y 1 años, Olivia y Anna.

Tomás Antonio G. tenía que haber devuelto a las niñas el pasado martes 27 de abril, pero, tras mantener varias conversaciones con la madre, le advirtió de que no las volvería ver.

Fuentes de la Guardia Civil han confirmado a Efe que esta mañana se ha reanudado la búsqueda por mar, tierra y aire con un dispositivo del que forma parte la Guardia Civil, Salvamento Marítimo y el Grupo de Emergencias y Salvamento de Canarias.

Si bien el pasado miércoles, la búsqueda se circunscribió a la zona entre el puertito de Güímar, donde apareció a la deriva el barco propiedad del padre de las niñas desaparecidas, y la Punta de Anaga, a medida que han ido pasando los días se ha ido extendiendo hacia el sureste de la isla.

Las fuentes no han podido precisar si la búsqueda se extiende hacia una ruta más amplia ante las sospechas del entorno familiar de que Tomás puede haber huido con sus hijas hacia algún país de Sudamérica. Al respecto, las fuerzas de seguridad precisan que hay varias líneas de investigación abiertas.

Tomás Antonio G. fue visto por última vez en la noche del martes 27 de abril en la Marina de Santa Cruz de Tenerife, donde sus cámaras pudieron grabarlo hasta en tres ocasiones, una de ellas cargando en su barco bolsas y maletas.

En ninguna de estas imágenes aparecen las niñas aunque, según han recogido algunos medios de comunicación, la mayor de ellas, Olivia de 6 años, sí asistió esa tarde a unas clases deportivas.