Beatriz, la madre de Olivia y Anna, las dos menores de uno y seis años desaparecidas desde el pasado martes junto a su padre, Tomás Gimeno, lanzó un mensaje de esperanza en el que se muestra convencida de que sus hijas se encuentran bien. «Mi mensaje es que manden mucha luz y amor a las niñas, que estoy segura que están bien. Que no miren las noticias alimentando la mala energía, que todo el mundo piense que las niñas son una bonita luz, que están protegidas y que, en cuanto menos lo esperemos, estarán jugando y corriendo felices», recoge el mensaje publicado por Cope Canarias y divulgado por Europa Press. Beatriz termina el texto deseando que todo el mundo «tenga una emoción fuerte de que aparezcan y que den las gracias por adelantado, sintiendo de corazón que ya están con su madre».

El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres (PSOE), también expresó ayer su «esperanza» de que las niñas «aparezcan con vida». En declaraciones a los medios tras participar en Las Palmas de Gran Canaria en una ofrenda floral con motivo del 142 aniversario del PSOE, Torres hizo votos por que «ojalá haya un final satisfactorio» de «unos sucesos que están conmocionando a la sociedad canaria, a la de todo el Estado y al resto del mundo».

Recalcó que en estos momentos «están todas las hipótesis abiertas» y pidió «dejar trabajar» a los equipos de la Guardia Civil encargados de la investigación, que están realizando un «trabajo intensivo», en el que cuentan con la colaboración del Gobierno de Canarias.

Antecedente

El hombre sobre el que se dictó una orden internacional de búsqueda y captura en Tenerife por el secuestro de sus hijas, Tomás Antonio Gimeno Casañas, cuenta con antecedentes policiales y penales. Y uno de esos procesos estuvo relacionado con la agresión física a un familiar directo, lo que refleja que en su perfil también figuran episodios de reacciones violentas e impulsivas. Según las fuentes consultadas, el varón desaparecido atacó a un tío paterno hace varios años y este procedió a denunciarlo en el puesto de la Guardia Civil de Las Américas. Y, como consecuencia del incidente, en un Juzgado de Instrucción del partido de Arona se desarrolló un proceso por un delito de lesiones.

Aunque EL DÍA trató de recabar el testimonio de la víctima de aquel suceso, este familiar declinó realizar cualquier tipo de declaración, tanto en relación con ese episodio violento y desagradable de su vida como sobre los actuales acontecimientos. Esta forma de ser contrasta con el concepto que otras personas tienen de Tomy, como es conocido en su entorno, que hablan de una persona «extrovertida, alegre, atenta, educada y buen padre, que siempre se mostró muy cercano a sus hijas».

En la jornada de ayer trascendió otro dato sobre los movimientos de Tomás Gimeno en las horas previas a su desaparición. Según informó Telecinco, el capitán del puerto deportivo Marina Tenerife, Enrique Alonso, pudo verlo a las 17:50 horas del 27 de abril, cuando comprobaba si el motor de su embarcación arrancaba. Se trata de un buen propulsor, de la marca Mercury, según confirmó el propio Alonso a EL DÍA. La comprobación de si funcionaba se debe a que, en los últimos años, el hombre utilizaba de forma muy esporádica la lancha. El atraque figura a su nombre desde 2016. En los años siguientes usaba la embarcación solamente para dar paseos con su familia o amigos.

Otro de los detalles que han trascendido es que los progenitores de Tomás Gimeno vieron a sus nietas la tarde anterior a su desaparición, de forma concreta a las 19:30 horas. Pero el abuelo de las menores reveló un detalle a los investigadores de la Guardia Civil. Su hijo se abrazó a él cuando se despidieron. Y ese gesto no era nada habitual en él.

En el maletero del coche del hombre había una manta de niña, dos mochilas, un biberón con agua y un dibujo. En los asientos delanteros y traseros había restos de cristales de la ventanilla trasera izquierda, presuntamente rota por el propio usuario del vehículo, así como facturas, cajas de repuestos de vehículo, una lata vacía de una bebida energética, plásticos de chocolatina, otro dibujo infantil, una botella vacía de anticongelante, una manguera de garrafa de combustible y dos coleteros.

Durante la jornada del pasado sábado, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Güímar dictó una orden internacional de búsqueda y captura sobre Tomás Gimeno Casañas, ante la hipótesis de que pueda hallarse en otro país.

Durante la jornada de ayer se mantuvo el amplio dispositivo de búsqueda formado por la Unidad de Helicópteros (UHEL), con su nueva aeronave; el Servicio Marítimo y el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil. Los medios recorrieron aguas del Sureste, pero también del Sur y Suroeste de Tenerife. No obstante, el rastreo también se ha extendido a La Palma, La Gomera y El Hierro. Cabe recordar que la última persona que aseguró ver a Tomás Gimeno fue el vigilante de Marina Tenerife, quien lo vio partir en su embarcación, Esquilón, a las 00:30 horas con rumbo desconocido. Y fue a media tarde del miércoles cuando el mencionado barco, del tipo Sea Rae, fue localizado a la deriva y vacío frente al litoral de El Puertito de Güímar. Junto al mismo apareció una pequeña sillita de bebé flotando. En el interior de la embarcación se localizaron manchas de sangre, que ahora se analizan para saber a quién pertenecen.

Durante la jornada del sábado se sumaron a la investigación cuatro agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) llegados desde Madrid para intentar ayudar en las tareas de localización del hombre y sus hijas. Este equipo de élite del Instituto Armado contribuirá al trabajo que lleva a cabo la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de Santa Cruz de Tenerife, con el apoyo de equipos territoriales de Policía Judicial.