La Policía Nacional ha detenido en El Ejido (Almería) a un joven de 24 años empleado de una farmacia acusado de falsificar pruebas PCR con resultado negativo que vendía a 130 euros a ciudadanos de origen marroquí para que estos pudieran viajar a su país, sentido en el que además contaba con su propio negocio de gestión de billetes de avión para ir al extranjero.

El empleado de la farmacia donde se realizaban test de antígenos, test de anticuerpos y la toma de muestras para pruebas PCR hacía entrega de documentos PCR falsos, con los que poder viajar al extranjero, según ha indicado la Comisaría en una nota.

Hasta el momento se han detectado siete casos en los cuales han sido presentadas pruebas PCR falsas para viajes con destino Marruecos, aunque la investigación sigue abierta ante la aparición de nuevos casos.

La obligatoriedad de un resultado negativo en RT-PCR de covid-19, realizado en las 72 horas previas a la entrada en uno de los países en situación de pandemia, había generado sospechas en la Policía Nacional, acerca de un mercado negro en el cual se podían conseguir los mismos a cambio de una cantidad económica.

Así, a través de la operación 'Farmacia' puesta en marcha por la Comisaría de El Ejido el pasado día 20 de abril se tuvo constancia de la existencia de este mercado ilícito en torno a una botica de la ciudad.

Las pesquisas policiales descubrieron cómo en la misma se realizaban test de antígenos, test de anticuerpos y pruebas PCR, estas últimas derivadas a un laboratorio en Hospitalet de Llobregat (Barcelona), que analizaba las muestras y emitía un informe.

Uno de los empleados de la farmacia, quien habría actuado en solitario, supuestamente creó un entramado "bastante sofisticado" para la captación de clientes y camuflaje de la comisión del hecho delictivo, con el único fin de enriquecerse.

Con sus conocimientos de árabe y su trabajo en la farmacia, accedió al ordenador del laboratorio donde se encontraban los documentos originales y falsificó los mismos, para lo que cambiaba el nombre del paciente, quien podía darse el caso de que hubiese realizado un test de antígenos, test de anticuerpos, o simplemente una entrevista para conocer su estado de salud.

Por dicha falsificación cobraba en torno a 130 euros, una cantidad que variaba en función de la capacidad económica del viajero. Paralelamente, el detenido creó su propio negocio en el que tramitaba billetes de avión para viajar al extranjero, desde donde derivaba a sus clientes a la farmacia donde él trabajaba, y así poder emitir los documentos sanitarios falsos. El joven ha sido puesto a disposición judicial por un delito de falsedad documental.