Los siete jóvenes detenidos por torturar durante dos días en Manacor a un hombre de 34 años con una discapacidad intelectual que pretendía colgar el vídeo en su canal de Youtube quedaron este miércoles en libertad con cargos tras prestar declaración en el juzgado de guardia. Los arrestados le tatuaron penes en la cara y un sujetador en el pecho, le cosieron los dedos de los pies, le pegaron los labios y le clavaron chinchetas. El juez les ha impuesto una orden de alejamiento, que les prohíbe acercarse a menos de 200 metros o contactar con la víctima. En su declaración en el juzgado, el denunciante manifestó que presentó la denuncia porque no podía pagarles el dinero que les había prometido

Tanto los siete detenidos -cuatro mujeres y tres hombres de entre 20 y 30 años- como la víctima fueron conducidos ayer por la mañana ante el juez. En su declaración en sede judicial, la víctima admitió que había pactado con los jóvenes los castigos que sufriría en el caso de no superar las pruebas que le imponían, y que debían grabar para colgarlo en su canal de Youtube. También reconoció que les había denunciado porque tenía miedo ya que no podía pagarles el dinero que les había prometido.

Respecto a los detenidos, algunos se acogieron a su derecho a no declarar. Otros mantuvieron que todo lo que le hicieron había sido pactado de antemano, y que incluso hubo algunas prácticas que se negaron a realizar.

La víctima es un vecino de Palma de 34 años de edad y con una discapacidad intelectual de un 38%. Tiene un canal en Youtube, donde cuelga vídeos en los que propone juegos a personas que encuentra en la calle y acepta castigos si pierde, como que le pinten la cara con un rotulador. 

A mediados de febrero anunció a través de las redes sociales que iba a organizar un «concurso», que denominó Cambia mi look o destrózalo. Buscaba gente que le propusieran retos y ofrecía premios de entre 500 y 3.000 euros. «Necesitamos tatuadoras y tatuadores», decía.

Según la información recabada por la Policía Nacional, contactó de esta manera con siete jóvenes, y establecieron las bases y reglas del supuesto concurso con un contrato que se bajaron de internet. Establecía que habría pruebas puntuables, con sus correspondientes castigos, pero que no debían consistir en agresiones violentas o sexuales.

El hombre se citó el viernes con dos de los jóvenes en la Plaza de España de Palma, y le llevaron con los ojos vendados en coche hasta un piso de Manacor, donde estaban los otros cinco. Una vez allí le quitaron y fotografiaron el DNI y le amenazaron con denunciarle si no cumplía lo acordado. Comenzaron entonces las pruebas, que incluían ejercicios físicos que no era capaz de realizar, por lo que sufrió diferentes castigos. En una de estas pruebas le desnudaron y le subieron a la azotea del edificio, donde le arrojaron agua fría y le obligaron a permanecer así durante media hora. Durante el fin de semana le tatuaron la cara y el torso, le cosieron los dedos de los pies, le clavaron chinchetas y le pegaron los labios con cola.