Una mujer de 33 años fue asesinada el viernes por la tarde en la parroquia de Porzomillos, en el municipio de Oza-Cesuras de A Coruña. La Guardia Civil detuvo a un hombre que trataba de esconderse en una finca cercana como presunto autor de los hechos. El Instituto Armado descarta “en principio” que se trate de un caso de violencia de género y bajaran otras hipótesis, entre ellas, que el homicidio se produjese durante un intento de robo dentro del inmueble.

Los hechos ocurrieron en el lugar de Vilar de Costoia, en Porzomillos, entre las siete y las ocho de la tarde. Allí residía la víctima, Cristina N., casada y con un hijo de dos años. Trabajaba en el servicio de ayuda en el hogar de Oza-Cesuras y llevaba viviendo en la zona unos doce años. El niño no estaba en la vivienda en el momento del homicidio y el marido llegó alrededor de las diez de la noche. El cadáver de la joven apareció cerca del garaje del inmueble, a unos dos metros.

La Guardia Civil confirmó anoche la detención de un sospechoso, localizado en una finca colindante a la casa y que estaba herido. Fue trasladado al hospital, donde permanecía ingresado. Según la descripción aportada por los vecinos, se trataba de un hombre corpulento que llevaba la cabeza cubierta con un gorro. El Instituto Armado descarta a priori que se trate de un caso de violencia de género. Entre las líneas de investigación que sigue la Policía Judicial está la de que el hombre intentaba robar cuando fue sorprendido por la mujer.

Los vecinos de las casas próximas relatan que oyeron gritos pidiendo ayuda. Dos residentes en la zona se acercaron y vieron a un hombre que intentaba salir de la finca. “Se cayó varias veces, debía ir herido, caminaba de una forma que no era normal”, cuenta uno de los testigos. El hombre fue localizado al poco tiempo en la finca y los vecinos narran que dejó un reguero de sangre a su paso. El sospechoso había aparcado el coche en las inmediaciones de la casa, a unos cien metros por la parte de atrás.

La víctima había coincidido veinte minutos antes con una vecina cuando fue a sacar la basura. Según relatan los residentes en la zona, la casa la habían comprado los padres de la fallecida. “Su madre murió cuando ella era una niña y su ilusión era venir a vivir para aquí”, dicen.

La Guardia Civil guarda silencio sobre las causas, aunque fuentes próximas apuntan a un golpe en la cabeza con un objeto contundente. Tampoco han trascendido las lesiones del sospechoso. “Esto no tiene palabras, es una desgracia, es desgarrador”, lamentó el alcalde de Oza-Cesuras, Pablo González.