El catamarán de Fred. Olsen que encalló hace una semana en la bocana del puerto de Agaete aún necesitará lo que se conoce en el argot marinero como “una reparación de fortuna” para llegar con garantías de flotabilidad hasta los astilleros de Astican en la capital grancanaria, según explicó ayer la compañía naviera al informar de la operación realizada durante la madrugada del miércoles para remolcar al catamarán desde el lugar del accidente hasta el atraque en el dique de Las Nieves, a apenas 240 metros de distancia. La buena noticia es que esa “reparación de fortuna” se podrá realizar dentro del muelle, al abrigo de posibles inclemencias meteorológicas como las que hicieron encallar al Bentago Express.

El barco “tomó vida propia” la noche del martes, tras las tareas de los equipos de rescate en el patín de babor, y aunque no estaba previsto, se decidió aprovechar la marea alta, a la 1:05 horas de la madrugada, para mover el catamarán a la rampa de atraque, detalló Juan Ignacio Liaño, jefe de flota de la compañía Fred. Olsen, quien apuntó que “se llevó muy despacio” y “únicamente con los cabos”.

Por tanto, no hizo falta utilizar el motor del barco ni la actuación de los tres remolcadores, que permanecieron cerca por si se complicaba a maniobra. “Mantuvimos posicionado el barco en la plataforma para seguir trabajando, con el objetivo de tener más garantías de flotabilidad, y por la noche los trabajos empezaron a surtir efecto y el buque empezó a moverse y a salir de las rocas”, comentó Liaño, que aclaró que la recuperación del Bentago no ha hecho más que empezar.

El barco, admitió Liaño, “está todavía en una situación delicada”, aunque “muchísimo mejor” que los días anteriores, pues ha quedado atracado en la posición que se pretendía, protegiendo el patín que está en buenas condiciones, el de estribor.

Controlado

“Existe la posibilidad de que apoye sobre el fondo, evidentemente, pero no es el escenario que tenemos sobre la mesa porque está bastante controlado”, advirtió. Tanto ayer como durante la jornada de hoy jueves se seguirán evaluando los daños en el casco, con buceadores especializados en reparaciones navales, y al tiempo se trabaja en incrementar la estabilidad. “Luego se recuperará la escora y el trimado, para ya plantearnos un poco más adelante el desembarco de la carga; ya hemos dicho que queremos ir despacio, paso a paso, y sobre todo mirando la seguridad de los trabajadores, en primer lugar, y del barco”, repitió el jefe de flota.

Liaño relató las últimas maniobras de rescate junto al delegado del Gobierno central, Anselmo Pestana, el capitán marítimo de la provincia de Las Palmas, Francisco García Lascurain, el jefe del centro coordinador de Salvamento Marítimo, Roberto Basterreche, y la alcaldesa de Agaete, María del Carmen Rosario Godoy, quienes se congratularon de poner a salvo el catamarán tras cinco días de lucha con el mar y sin desgracias personales.

“Ahora ya está seguro y se van a hacer los arreglos necesarios para trasladarlo a Las Palmas, lo que llaman una reparación de fortuna, la suficiente para poder llevarlo a Astican”, resaltó Pestana, quien se refirió a las preocupaciones por la posible contaminación marina y afirmó que “ha sido muy leve”.

“Parece que por las cantidades vertidas no habrá especiales daños, pero no obstante se han tomado todas las medidas para que si hay alguna pérdida se pueda garantizar no haya mayor afección al medio marino y para recuperar cuento antes la normalidad del puerto y de las playas que lo rodean”, añadió.

Basterreche fue el encargado de exponer las medidas contra la contaminación y en este sentido dijo que “desde el primer día” se han vigilado las manchas que salían del barco y se ha lucha contra los vertidos con la dispersión mecánica y con la protección del entorno como barreras.

En todo momento, detalló, las manchas máximas han sido de 1.400 por 300 metros, siempre una lámina muy fina que en el código para determinar la contaminación representa al Grado 1, el más bajo. “Las manchas son bastantes escasas, que en ningún caso llegaron a 50 litros de volumen máximo, y no hemos detectado la llegada a la costa, pues al ser un combustible bastante ligero, mezcla de gasolina y gasoil, tiene un comportamiento de alta volatividad y se evapora con facilidad, en 24 a 48 horas tiende a desaparecer, por eso la afección es menor”, puntualizó.

Un avión de Salvamento Marítimo realiza dos vuelos diarios sobre la zona del accidente y ha comprobado que las manchas son superficiales, por lo que no afectan a los fondos marinos. El último derrame se detectó en la mañana del martes, dentro del muelle, con una superficie de 200 por 100 metros, lo que equivale a 0,012 kilómetros cuadrados y a un volumen de entre uno y cuatro litros de hidrocarburos. Preguntado por las declaraciones de alerta por contaminación del Gobierno de Canarias y del Cabildo, desde Agaete hasta La Aldea, Bastarreche insistió en que “en ningún momento el vertido ha llegado a zonas terrestres”.

Por último, García Lascurain destacó que el rescate “ha sido técnicamente muy complicado”, al tiempo que no se aventuró a dar una fecha para la descarga de los coches y camiones.

El PP critica el “ridículo postureo” de Antonio Morales

El grupo Popular en el Cabildo de Gran Canaria criticó ayer al presidente Antonio Morales “por su ridículo postureo” al activar el Plan Insular de Protección Civil (PEIN) y declarar la situación de alerta sin tener competencias en incidentes marítimos y cinco días más tarde de que el ferry Bentago Express encallara. “Mientras decenas de operarios de diferentes servicios y empresas especializadas se afanaban en rescatar el pasaje y mantener el barco a flote, el presidente del Cabildo se dedicaba a convocar ruedas de prensa para contar que gracias a él por fin llovió en Gran Canaria y se llenaron las presas”, declaró el portavoz popular, Marco Aurelio Pérez, quien subrayó que “Morales ha estado mudo y ausente desde el primer día, sin pisar siquiera el muelle”.