Especialistas en rescates de barcos de una decena de empresas nacionales y extranjeras trabajaron ayer en el interior del Bentago Express para intentar reflotarlo y trasladarlo hasta el atraque del muelle de Agaete. Aunque se anunció que aún se necesitan “uno o dos días más” para completar esa operación, a última hora de la noche se hacían los preparativos para un intento de madrugada, con la pleamar. Durante la tarde se levantaron expectativas de un inminente remolque al verse el barco fuera de las rocas en las que estaba atrapado, pero la naviera Fred. Olsen aclaró que el catamarán debe equilibrarse previamente y recuperar la navegabilidad.

Mientras, el Gobierno autónomo y el Cabildo de Gran Canaria declararon a mediodía de ayer una alerta preventiva por contaminación marina en el litoral oeste de la Isla, desde Agaete hasta La Aldea, tras los vertidos del buque desde que encalló la noche del pasado jueves en la bocana del puerto de Las Nieves. Pese a los mensajes tranquilizadores de la compañía naviera y de los responsables de Salvamento Marítimo, tanto el Ejecutivo regional como el gobierno insular consideran que se debe poner bajo vigilancia toda esa costa para evitar que el combustible derramado dañe las playas y los ricos fondos marinos.

Empresas y entidades nacionales e internacionales especializadas en accidentes marítimos, como Itopf, Ardentia, Subservices, Adventia, Boluda Corporación o Mercaflote, entre otras, continúan las labores de acondicionamiento para rescatar al Bentago Express, según informó Fred. Olsen, que insistió en que “la máxima prioridad” en estos momentos es conseguir el objetivo de la flotación establecido por los expertos y así poder remolcar sin riesgos el navío al muelle del Puerto de Agaete.

Reparación

Desde allí, tras unas primeras reparaciones de urgencia y sellado del casco dañado, será trasladado al Puerto de Las Palmas para su reparación íntegra y puesta a punto en el dique seco de Astican.

Durante la noche del lunes y todo el día de ayer se trabajó sin descanso en la colocación de flotadores externos junto al patín dañado, al tiempo que se inyectó aire en los tanques de babor y se sellaban compartimentos estancos. Toda esa operativa tuvo el único propósito de conseguir la navegación suficiente para evitar el contacto con la baja y remolcar al navío a tierra firme

Fred. Olsen reiteró que el barco “no está en peligro de hundimiento”, pues se encuentra sobre una plataforma plana y estable de 20 metros que lo sujeta. “La compañía ha puesto todos los recursos a su alcance para conseguir el objetivo de un rescate exitoso, como se puede apreciar en la labor de las más de 70 profesionales trabajando en las maniobras de rescate, la presencia de la totalidad de sus tripulaciones, incluyendo a todos los capitanes y oficiales del navío, y la implicación de todas las autoridades competentes”, resaltó.

La naviera está utilizando los equipos y técnicas más avanzadas que existen en el mercado, trayendo materiales y maquinaria desde otros países y continentes. Y cuenta en todo momento con el estrecho asesoramiento del astillero constructor del barco, Incat.

Una de las organizaciones implicadas en la emergencia, Itopf, ha emitido un informe en el que asegura que “el escape de combustible no supone peligro para el ecosistema, ya que el poco gasoil liberado en el accidente es un destilado que se considera no persistente”, añadió Fred. Olsen. Al respecto, precisó que debido a su baja densidad y viscosidad se pudo observar el viernes y el sábado un brillo superficial delgado que se fragmentaba rápidamente y que el domingo ya era inapreciable.

El informe de ese organismo indica además que las fracciones más ligeras del combustible se evaporaron rápidamente a la atmósfera en las primeras 48 horas, otra parte probablemente se dispersó bajo la influencia de la acción de las olas y los pocos residuos restantes se absorberán por microorganismos marinos que son capaces de utilizarlos como fuente de energía a través de procesos biológicos, conocidos comúnmente como biodegradación. “El entorno, por tanto, según certifica Itopf, no sufrirá daños significativos como consecuencia de este accidente”, recalcó la naviera propietaria del catamarán.

Los pasajeros afectados en este accidente están siendo informados a diario por teléfono sobre las labores de reflotamiento y rescate que se van ejecutando, así como sobre la situación de sus vehículos y enseres, que podrán recuperar tan pronto como el barco se encuentre en el muelle.

Alerta preventiva

Ante los vertidos de gasoil, que ayer eran visibles fuera del muelle, con una mancha que se desplazaba hacia el norte y otra al barranco de Guayedra, la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias declaró formalmente en alerta las costas de Agaete, Artenara (el municipio cumbrero llega hasta el mar por la Punta de las Arenas) y La Aldea para garantizar “la correcta y necesaria vigilancia y monitorización” de los vertidos del Bentago Express.

La alerta se inició a las 13.00 horas de ayer martes y responde, según informó el Gobierno canario en un comunicado, al procedimiento previsto en el Plan Territorial de Emergencia de Protección Civil de la Comunidad de Canarias (Plateca).

Noventa minutos después, a las 14.30 horas y sin fecha de terminación, el Cabildo de Gran Canaria puso en vigor su declaración de alerta, “de forma preventiva”, por riesgo de contaminación marina en el noroeste y oeste de la Isla. El objetivo, explicó, “es prepararse para afrontar el escenario de un eventual vertido de combustible del buque de Fred. Olsen”.

El gobierno insular apuntó que “las administraciones responsables trabajan para que este vertido no se produzca, pero dada la complejidad de la situación y los días transcurridos desde que encalló el pasado jueves, la obligación es prepararse para afrontar escenarios como un derrame mayor”.

Personal de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo “vigilará el mar desde distintos puntos de la costa, tanto para monitorizar la mancha actual como para detectar cualquier incremento o llegada a la costa”. Y en caso de vertidos, los trabajos por tierra serán coordinados por el Consorcio de Emergencias de Gran Canaria, que ha articulado un módulo de respuesta de 20 agentes y ha activado un retén en prealerta, de manera que está preparado para ofrecer la primera respuesta e incorporar nuevos efectivos.

En cualquier caso, comunicó el gabinete de Antonio Morales, “las administraciones, desde la estatal y regional a la insular, afrontan esta situación desde sus respectivas competencias de manera coordinada con el objetivo de que la situación quede resuelta con las menores afecciones posibles”.

Previamente, Salvamento Marítimo aseguró que sus barcos están dispersando de forma mecánica el combustible derramado por el ferry, aunque insistió en que se trata de un hidrocarburo ligero que en su mayor parte se evapora. El dispositivo desplazado a Agaete ha colocado barreras anticontaminación en todo el perímetro alrededor de barco como en las dos playas de Las Nieves, la interior del puerto y la del muelle viejo. Ambas, además de la de Guayedra, están cerradas al baño desde el viernes por decisión del Ayuntamiento, que ha reclamado análisis de las aguas cada 48 horas y transparencia en los datos sobre una posible contaminación.

Salvamento Marítimo recordó que, de acuerdo con la información que le ha trasladado Fred. Olsen, el ferry se encuentra estable apoyado sobre el costado de babor, sobre una plataforma de 20 metros completamente plana y que dos empresas contratadas por la naviera, tal y como le exige la normativa vigente, se encargan de las operaciones para reflotarlo.

El rescate y la actuación de las autoridades no han estado ajenas a la polémica. A las denuncias de una plataforma vecinal de Agaete por el retraso en las respuestas al vertido contaminante, ayer se conocieron las críticas del colectivo de buceadores profesionales de Canarias, censurando que en los inicios del accidente, cuando un grupo de buzos “supuestamente voluntarios” saltaron al agua para evaluar los daños del buque, se incumplieron las más mínimas normativas de seguridad, sentido común y profesionalidad que deben guiar para trabajo tan peligroso.