Hasta el próximo miércoles, 13 de enero, o incluso más tarde, no se podrá completar el rescate del catamarán del Fred. Olsen encallado en la entrada del puerto de Agaete, según los cálculos de los técnicos que trabajan desde el pasado viernes en la reflotación. Tras un nuevo contratiempo en las maniobras durante la noche del domingo, que dañó el casco del buque y lo desplazó a una plataforma a mayor profundidad, los equipos que tratan de recuperar el Bentago Express han optado por concentrarse en garantizar la seguridad de las cerca de 70 personas que están trabajando en el interior y eluden poner un plazo para su arrastre al dique de Las Nieves. 

Los responsables del operativo comparecían en el muelle viejo de Agaete para informar sobre el nuevo retraso en las labores de recuperación del barco y su posterior traslado hasta el puerto de La Luz, donde será reparado. 

Juan Ignacio Liaño, director de flota de la compañía Fred. Olsen, explicó que el domingo se tomaron una serie de medidas diferentes para ver si se podía reflotar el barco y en un primer momento dieron un resultado “bastante favorable”, pues se logró mover el barco “unos cuantos metros desde su posición original”. 

Flotabilidad

Tras ese movimiento se decidió frenar la operación para “priorizar la seguridad” y analizar en qué estado quedó la parte sumergida del buque. Durante la noche del domingo, el movimiento del mar “originó algunos daños en otros espacios confinados y se perdió cierta flotabilidad”. Seis de los siete tanques del costado de babor se dañaron por el rozamiento del fondo del barco contra las rocas. 

Como consecuencia, el Bentago se separó de las rocas donde encalló y se posicionó en otra plataforma marina un más abajo, un escenario que ya se había contemplado en los planes de rescate, detalló Liaño, quien precisó que el catamarán “está ahora sobre una placa completamente plana y no tiene ningún tipo de riesgo de hundimiento”. 

 

“La idea -subrayó- era seguir trabajando durante el lunes para reflotar el buque y llevarlo al atraque; no ha podido ser, pero ahora mismo estamos trabajando para la flotabilidad del barco, que estando apoyado en esta plataforma no corre ningún riesgo de hundimiento”. 

Tras resaltar que el escoramiento actual es de unos 10 grados, el director de flota de Fred Olsen afirmó que “la prioridad ahora mismo es la seguridad de las personas que están trabajando dentro y del propio buque”. La “buena noticia”, en su opinión, es que el fondo del barco descansa sobre una plataforma llana de unos 20 metros de longitud, lo que permite trabajar “con tranquilidad” hoy martes y los próximos días. Liaño eludió poner un plazo para el rescate y la recuperación de los vehículos y equipajes de los 60 pasajeros que viajaban en el momento del accidente. “Prefiero no jugar con hipótesis”, señaló Liaño al ser preguntado sobre la fecha previstas para el reflotamiento. 

Tras asegurar que aún no se baraja la posibilidad de aligerar el peso mediante la extracción de los vehículos, porque “todos los esfuerzos están focalizados en darle estabilidad al patín de babor dándole flotabilidad”, comentó que en el interior del buque trabajan entre 60 y 70 personas, tanto de Fred. Olsen como de una decena de empresas especializadas en este tipo de rescates, algunas de ellas extranjeras. 

Entre otras actuaciones se han colocado flotadores gigantes en la popa y se está insuflando aire a los tanques presurizados para ir recuperando el equilibrio entre los dos patines del catamarán, de forma que se pueda remolcar con seguridad hasta el atraque. La climatología también ayudará, pues el mar estará tranquilo durante toda esta semana. “Todo el mundo está totalmente involucrado en solucionar lo antes posible este varamiento para poder llevarlo a reparar al puerto de Las Palmas”, concluyó. 

Tranquilidad 

Francisco García Lascurain, capitán marítimo de la provincia de Las Palmas, aprovechó para “transmitir tranquilidad” y recordó que el barco no corre peligro de hundimiento porque está apoyado en la baja y, según los cálculos de los inspectores, el escoramiento de 10 grados, “no tiende a ir a más”. Aunque tampoco se atrevió a poner fechas, calculó que “en un par de días se va a solucionar el problema. 

Tanto García Lascurain como el jefe del centro de coordinación de Salvamento Marítimo de Las Palmas, Roberto Basterreche, sostuvieron que no existe riesgo de contaminación y explicaron que está activado el Plan Marítimo Nacional, en el Nivel 1, previsto para estos accidentes.  

“Tenemos desplazadas tres embarcaciones y barreras absorbentes de la base de Tenerife para combatir la poca contaminación que está saliendo; el tipo de combustible es el diesel, que es un elemento bastante volátil y hace que la progresión de la mancha sea muy corta, no está llegando apenas a la costa”, concretó Basterreche, quien apuntó que un avión sobrevuela dos veces al día la costa de Agaete, por la mañana y por la tarde, para localizar y vigilar la evolución de los posibles vertidos a la mar.   

“Como era previsible -añadió el jefe de Salvamento Marítimo- la poca mancha que sale no alcanza a distancias superiores a los 1.000 metros desde la punta del barco, de donde fluye cierto combustible, que es lo poco que queda en los tanques de babor del catamarán, pues a pesar de que fue descargado y se vertió algo, siempre queda algo de combustible en las cuñas de los tanques”.