La naviera Fred. Olsen optó ayer por la instalación de flotadores y nuevos amarres para liberar al catamarán Bentago Express, que quedó atrapado en una baja frente al Puerto de las Nieves, en el municipio grancanario de Agaete, la noche del jueves y todavía no ha podido movilizarse. Las operaciones provocaron hace dos días un pequeña fuga de gasoil que se extendió por la zona del Dedo de Dios y, a pesar de que desde los organismos responsables se asevera que no hay peligro medioambiental, el Ayuntamiento solicitó el análisis de las aguas para asegurarse de su calidad antes de permitir el acceso al baño a la ciudadanía.

Las maniobras para remolcar el ferry en los pasados días no han surtido ningún efecto, por lo que la compañía procedió ayer durante la tarde noche a colocar en el patín izquierdo –dañado por las rocas– una decena de flotadores para elevarlo y facilitar su movimiento. También se añadieron más enganches para cabos por la popa, con la finalidad de retomar los trabajos de tracción. Las tres embarcaciones desplegadas a primera hora del día, dos remolcadores Boluda y el salva mar Miguel de Cervantes, no lograron desencallar el navío, a pesar de ejecutar diferentes operaciones durante más de siete horas. La empresa y las instituciones públicas competentes se vieron forzados a evaluar y redactar una cuarta estrategia de rescate que se espera que sea la definitiva. Las operaciones se iniciarán hoy a las ocho de la mañana, con los mismos barcos que ayudaron ayer en el rescate.

Tras la creación de un comité organizativo sobre las cuatro de la tarde, conformado por representantes de la compañía, la Capitanía Marítima de Las Palmas de Gran Canaria y el ente de Puertos Canarios, que pertenece a la Consejería de Transportes del Gobierno de Canarias, se estableció la ejecución de dos actuaciones; la colocación de pontones y flotadores de grandes dimensiones para elevarlo y el cuarto intento de remolcamiento. También se barajó la posibilidad de trasladar la mercancía y los vehículos particulares que aún se encuentran en su interior (un total de 27 coches y ocho camiones, que han tenido que ser recolocados para equilibrar el peso) a otro barco de popa a popa con el fin de que pierda peso solo en el caso de que las actuaciones anteriores no funciones. Sin embargo, la previsión principal es que el Bentago Express, una vez se desencalle, sea dirigido al muelle para su descarga. Los operarios del puerto se encargarán de analizar las principales afecciones y reforzar las partes dañadas para asegurar que pueda ser trasladado con éxito hasta el puerto de la Luz, en la capital grancanaria, donde se llevará a cabo su reparación completa.

Por otro lado, el vertido de gasoil que se produjo el viernes provocó serias críticas entre los vecinos de la villa marinera. “No se va a producir un fuerte impacto medioambiental, como se puede pensar; es importante resaltar que este navío utiliza combustibles ligeros fáciles de disolver, que se evaporan solos”, señaló el capitán de flota de la naviera, Juan Ignacio Liaño. Sin embargo, a alcaldesa del municipio, María del Carmen Rosario, confesó que desde el Ayuntamiento se mandó el cierre de la playa para evitar problemas. “Nos han asegurado que el escape de fuel es muy pequeño y no va a afectar a la calidad de las aguas, pero ante la duda decidimos cerrar la cala y solicitamos a la Dirección General que efectuasen analíticas”, confesó. De este modo se recogieron durante la mañana algunas muestras de agua que se analizarán en los próximos días, con el fin de esclarecer en que condición se encuentra el mar.

Asimismo, dos embarcaciones se encargaron de eliminar los restos del líquido que aún permanecía en la mañana mediante procesos mecánicos y durante la tarde se puso en marcha el plan nacional de contingencias por contaminación marina accidental en su primera fase. “Esto implica que podemos hacer uso de los recursos con mucha rapidez, por si nos hicieran falta si las cosas se complican”, sostuvo la subdelegada del Gobierno, Teresa Mayans. Para evitar la dispersión de posibles vertidos se instalaron también dos barreras protectoras alrededor del catamarán, una de tipo absorbente y otra que refuerza la tarea con un faldón.

Durante el día se viralizaron algunas imágenes de la playa de Agaete en donde podían apreciarse grandes manchas marrones en el mar. “Mucha gente ha confundido la suciedad del agua producida por el barro arrastrado por las correntías de agua durante las fuertes lluvias del temporal con posible contaminación producida por el fuel”, expresa el capitán de flota naviera, insistiendo en que los daños ocasionados por el combustible son mínimos. Manuel Ortega, director gerente de Puertos Canarios, reiteró que no habían evidencias de que se hubieran producido más vertidos y destacó la previsión de utilizar todos los recursos posibles para evitar que se produjesen más fugas.

“Hemos utilizado diferentes medios, entre marítimos y aéreos, para comprobar la dimensión del gasoil vertido; no tenemos una preocupación excesiva de que se pueda producir un efecto contaminante ni en la costa ni en la playa”, añadió el consejero de Transportes, Sebastián Franquis, tras salir ayer de una primera reunión para esclarecer en qué circunstancias se encontraba el buque y cómo podía afectar el accidente. “Estamos convencidos que tras planear las nuevas estrategias estamos muy cerca de solucionar el problema e insisto en que se han tomado todas las medidas de seguridad”, explicó.

Desembarcan a los pasajeros del 'Bentago Express'

Desembarcan a los pasajeros del 'Bentago Express' El Día

Desde su área esperan que pueda retomarse durante este día la actividad pesquera, que se encuentra paralizada desde el inicio del accidente. El representante autonómico agradeció en nombre del Gobierno la tarea llevada a cabo por la cofradía durante la jornada en la que se produjo el accidente, pues tres pequeñas barcas formaron parte del rescate a pesar de las malas condiciones atmosféricas. “Yo también quiero agradecer la labor de los pescadores, se comportaron como auténtico lobos de mar”, añadió la mandataria municipal con emoción.

Ya hace tres días que el ferry de Fred. Olsen, de 95 metros de eslora y 26 de manga, encalló a apenas 60 metros del Puerto de las Nieves, debido a una fuerte corriente que lo empujó a una baja frente al Dedo de Dios. Tras los primeros intentos de desencallar el buque, en el que todavía se encontraban los pasajeros a bordo, se optó por esperar hasta la mañana del viernes para efectuar una nueva operación. Al mediodía se procedió a desembarcar a la gran mayoría de la tripulación y a todos los pasajeros – un total de 56 personas-, de entre los que se encontraba un bebé de siete meses. Finalmente ayer se inició un tercer intento de remolcamiento, en el que participaron dos navíos de la empresa Boluda junto con el salvamar Miguel de Cervantes.

Desde las siete hasta las once de la mañana se tiró de la embarcación con cabos amarrados por la zona de popa, pero tras varios intentos se comprobó que no se estaban efectuando grandes avances y se optó por movilizar una de las embarcaciones hasta la proa para movilizar el barco de forma lateral. Esta nueva estrategia, que fue presenciada por casi un centenar de personas que se acercaban curiosas hasta el muelle viejo -a pesar del frío y los ratos de lluvia-, tampoco surtió efecto a pesar de las largas horas de esfuerzos. “Esta es la primera vez que se produce un suceso de estas características en el Puerto de las Nieves, pero no podíamos preverlo de ninguna forma”, sentenció la alcaldesa.

Vista de la proa del fast-ferry Bentago Express durante el atardecer, con una barrera protectora alrededor para evitar la dispersión de posibles vertidos de combustible. Arriba, la operación de remolque que se efectuó por la mañana, sin éxito. Abajo, un void (aparato que se utiliza para presurizar) subiendo al barco. |