La jueza sustituta del Juzgado de Instrucción número 4 de Arona decretó ayer el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del hombre detenido el pasado sábado como presunto autor de la muerte violenta de una mujer transexual en la localidad de Costa del Silencio, en el municipio de Arona. La autoridad judicial lo investiga por un delito de homicidio, según la información que ha trascendido.

Agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil pusieron a disposición judicial al citado individuo, de nacionalidad española, en la mañana de ayer. Y se acogió a su derecho a no declarar.

El cuerpo sin vida de Carlos S., de 29 años de edad y de nacionalidad colombiana, fue hallado en la madrugada del sábado en un pasillo del centro comercial Chaparral.

El cadáver estaba en estado de descomposición y supuestamente estuvo algún tiempo en un club de Karaoke del citado edificio antes de ser trasladado a la citada zona común.

Los investigadores trabajaron desde el principio con la hipótesis de que, supuestamente, la víctima ejercía la prostitución para sobrevivir y frecuentaba el referido centro comercial, uno de los primeros que hubo en el Sur de Tenerife, en la confluencia de la avenida José Antonio Tavío y la calle Diana.

Hasta el punto en el que apareció el cadáver se desplazaron agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Santa Cruz de Tenerife y del Equipo Territorial de Las Américas, así como profesionales del Laboratorio de Criminalística y dos forenses. El presunto autor de los hechos, detenido en la jornada del sábado, residía hasta ahora en una vivienda del Residencial Eureka, a decenas de metros de donde se localizó a la mujer sin vida.

Registro domiciliario

Ya en la mañana del domingo, varios integrantes de la Guardia Civil participaron en un registro domiciliario en la vivienda del acusado, un apartamento en el bloque I de la urbanización. El arrestado llevaba en dicha casa hacía apenas dos meses y supuestamente convivía con otra mujer. El acusado estuvo presente en el registro del inmueble.

En el inmueble en el que tuvo lugar la inspección ocular se había celebrado –horas antes de que se hallara el cuerpo en estado de descomposición– una fiesta. Tal y como publicó este periódico en su edición del pasado domingo, varios trabajadores consultados negaron que el cadáver estuviera en el pasillo de Chaparral cuando cerraron sus negocios en la tarde-noche del pasado viernes. Eso significa que el cuerpo tuvo que ser trasladado –no se ha vinculado, por ahora, a otra persona en esta acción delictiva– cuando la zona quedó vacía. A partir de ese instante, los investigadores comenzaron a estudiar el círculo más íntimo del fallecido hasta dar con el principal sospechoso.

Después de permanecer menos de 48 horas en dependencias de la Guardia Civil, el sospechoso fue puesto a disposición de la autoridad judicial, que decretó su ingreso en el centro penitenciario de Tenerife II, mientras se apuntalan otros aspectos de la investigación.