Los especialistas de la Guardia Civil investigan el posicionamiento de varios teléfonos móviles que pudieron ser utilizados por personas cercanas a Jorge Ignacio P.J., el autor confeso de la desaparición del cuerpo de Marta Calvo, de las que se sospecha que pudieron haber prestado algún tipo de colaboración para hacer desaparecer el cuerpo.

Según han informado a EFE fuentes conocedoras de la investigación, estas pesquisas, que se vienen desarrollando desde hace meses, se basan en la triangulación de los terminales respecto a las antenas repetidoras de señal de telefonía.

Sobre esta línea de investigación no han trascendido de momento resultados, ni tampoco se ha aportado al juzgado informe alguno, han indicado las mismas fuentes.

Por el contrario, ya consta en la causa un informe relativo a la reciente inspección de un vehículo usado por el sospechoso, que fue analizado también por perros especializados en la detección de restos humanos, y en el que se deja constancia de posibles evidencias de restos biológicos.

Los perros marcaron dos zonas en el maletero del vehículo pero de forma "poco concluyente", si bien los agentes remitieron los materiales para su análisis en laboratorio y se está a la espera de los resultados.

El vehículo en cuestión es un Volkswagen Passat que el sospechoso, según los investigadores, podría haber utilizado para trasladar el cuerpo de Marta Calvo y del que trató de deshacerse tras la muerte de la joven.

La Guardia Civil solicitó el pasado mes de octubre al juez de Instrucción 20 -que dirige la investigación por la muerte de Marta Calvo y otras dos mujeres, además de otros intentos de homicidio, todos ellos atribuidos al mismo sospechoso- que retrasase una declaración del acusado precisamente para disponer de más tiempo para la realización de esta investigación en el vehículo.

El detenido, que se entregó el 4 de diciembre del año pasado en el cuartel de la Guardia Civil de Carcaixent (Valencia), sostiene que la muerte de la joven fue "un accidente" tras haber mantenido una relación sexual con consumo de cocaína, y que procedió a desmembrar el cuerpo, cuyas partes distribuyó en varios contenedores.

Tras ocho meses de búsqueda y miles de toneladas de basura revisadas, la Guardia Civil -y el personal contratado para ello- no hallaron ningún resto humano en el vertedero de Dos Aguas, que recibe los contenedores de l'Olleria y Alzira, donde supuestamente el autor confeso del crimen arrojó los restos del cuerpo de la joven.

El detenido por estos hechos, Jorge Ignacio P.J., es de origen colombiano, tiene antecedentes por narcotráfico y se encontraba en situación irregular en España cuando supuestamente cometió el crimen.

Está investigado además por el fallecimiento de otras dos mujeres y una tentativa de homicidio, y ha sido denunciado por otras chicas por la práctica de relaciones sexuales con cocaína, una sustancia que pudo haber sido determinante en la intoxicación fatal de las jóvenes.