Un preso preventivo de la cárcel de Picassent, en Valencia, se fugó el domingo por la mañana en el Hospital General de Valencia, justo cuando la ambulancia se detuvo en la puerta de urgencias, adonde había sido llevado el recluso para ser tratado de una supuesta ingesta de lejía. El preso aprovechó el momento en que la ambulancia llegó para salir corriendo, según las primeras informaciones a las que ha tenido acceso Levante-EMV de fuentes conocedoras de los hechos.

El interno, que llevaba solo una semana ingresado en el centro penitenciario de Picassent, obligó a poner en marcha el protocolo sanitario de emergencias del centro al comunicar, a primera hora del domingo, que había ingerido a escondidas parte de la lejía que se les suministra para la limpieza de la celda.

El médico de la prisión evaluó la situación del interno y solicitó una ambulancia de urgencia a través de Sanidad para trasladar al preso al Hospital General, acompañado por una patrulla de la Guardia Civil como escolta.

En una acción que obviamente tenía premeditada el fugado, cuando el vehículo sanitario enfiló la calle de acceso a urgencias del Hospital General, la calle Padre Esteban Pernet, y con el vehículo aún en marcha, el recluso rompió a patadas el cristal de la ventana y salió corriendo, sin que los guardias civiles tuvieran tiempo para impedirlo.

Al parecer, incluso logró quitarse las esposas que le habían colocado antes de salir de la cárcel. Por seguridad, también le habían retirado los cordones de las zapatillas, hecho que no le impidió salir corriendo y perderse de la vista de los agentes en la confluencia de Esteban Pernet con la calle General Basset, en pleno barrio de la Luz.

La última noticia que tenía la policía sobre él es que había logrado tomar un taxi, por lo que los agentes han rastreado tanto el trayecto del vehículo público como los domicilios de sus familiares y allegados, incluido el de su expareja, sobre la que tiene una orden de alejamiento.

El fugitivo es un hombre de 36 años y nacionalidad española, que acababa de ingresar en el centro penitenciario por un asalto violento y su huida ha provocado la alerta en todas las fuerzas y cuerpos de seguridad, que lo buscan desde primera hora del domingo sin que por el momento hayan podido localizarlo ni detenerlo.

El fugado estaba aún en el obligado periodo de cuarentena —aislamiento de diez días en un módulo especial—, dado que su ingreso en el centro se había producido hacía solo ocho días, el sábado, 28 de noviembre.