La fiscalía pide tres años de prisión para un hombre acusado de robar vídeos sexuales de una compañera de trabajo en Palma. El procesado supuestamente pidió el teléfono a la víctima con una excusa, se dirigió a los aseos de la empresa y allí se reenvió las imágenes en las que la chica aparecía manteniendo relaciones íntimas con su novio. Además, el aparato se le cayó al suelo y se rompió la pantalla. El ministerio público imputa al procesado un delito de descubrimiento y revelación de secretos y además de la pena de prisión reclama una multa de 3.600 euros.

Esta semana se celebró una vista previa del caso en un juzgado de lo penal de Palma. La acusación y la defensa no alcanzaron un acuerdo de conformidad y el magistrado fijó la celebración del juicio para principios del año que viene.

Según recoge el escrito de conclusiones provisionales de la fiscalía, los hechos ocurrieron en la mañana del 10 de octubre de 2019 en una tienda de un centro comercial de Palma, donde trabajaban el acusado y la víctima. El hombre, con la excusa de cambiar el precio de unos artículos del comercio, pidió a la perjudicada que le prestara su teléfono móvil. La chica se le entregó y el procesado supuestamente fue entonces a los aseos para acceder a la galería de imágenes del terminal.

Así descubrió dos vídeos en los que su compañera de trabajo aparecía manteniendo relaciones sexuales con su novio. El hombre se envió ambos archivos a su propio teléfono móvil a través de Whatsapp. Según el ministerio público, no hay evidencias de que los remitiera a otras personas.

Mientras robaba los vídeos, el acusado fracturó accidentalmente la pantalla del móvil de la víctima, que al parecer se le cayó al suelo.

La fiscalía considera que estos hechos constituyen un delito de descubrimiento y revelación de secretos, por el que reclama una condena de tres años de prisión y una multa de 3.600 euros. Los daños provocados en el teléfono de la perjudicada no han sido valorados. El juicio se celebrará el próximo mes de febrero.